LA BURLA DE LA HISTORIA

LA BURLA DE LA HISTORIA

            Ella al menos requiere de cierto rigor, porque si no, no sería historia, pasaría hacia el pantanoso, cenagoso terreno de la fábula, donde todo se vale, donde nada tiene que ser verdad, donde cualquier cosa podría pasar a ser la realidad del lector.

            “Cuando el General Páez se encontró con Sai baba, por allá en 1972 ¿te acuerdas Diosdado?, fue para mí muy emocionante, mucho más que cuando el Libertador cenó con Napoleón, ¿recuerdas Aristóbulo?”, podría decir el ignaro, atrevido, descarado, improvisado Nicolás Maduro, o por favor, no me dejen tan lejos al sabio de la nada, el sabio de la superficie y la levedad, el dueño de la maroma Hugo Rafael Chávez Frías.

La historia es absolutamente importante para entender parte de la vida. (Si se los digo yo que me han criado entre historiadores), pero no podrá ser posible para Latinoamérica avanzar solo pensando en las epopeyas de personas fallecidas hace doscientos años, pero ¡alto!, eso tiene un importante público de lado y lado y paso a explicarlo mejor: para estos comunistas y me refiero a los Castro en Cuba, a Chávez en Venezuela y a Maduro en Narnia, en el “no-where”, fue muy importante la aplicación matemática de ese antiguo pero eficiente adagio, cuyo inteligente autor desconozco, pero admiro: “ofrecer y ofrecer, hasta meter y una vez metido, olvidar lo prometido”

Como ya nada a  futuro pueden ofrecer porque las dos oscuras décadas en la que han abusado del poder y los ciudadanos, no aguanta más remiendos, pues acuden como salvavidas al pasado, pero malas noticias: de acuerdo al Fondo Monetario Internacional, Asia posee una proyección de crecimiento económico lindante a los seis puntos para este próximo año, pero Latinoamérica toda, no llega a un solo punto de crecimiento y la alarma no se hizo esperar, simplemente se concluye que todo depende de hacia dónde fijes tu mirada, tus objetivos y tu educación y Asia está enfocada en la educación selectiva, en la educación y entrenamiento como primera opción, mientras los jóvenes latinoamericanos no y yo les entiendo parcialmente, porque si yo fuera uno de ellos, podría preguntarme: ¿y para que estudiar leyes si ninguna es aplicable? ¿Y para que estudiar medicina, si los hospitales son un basurero insalubre? ¿Y para que ser ingeniero en un país donde nada se ingenia? Y una que me compete: ¿y para que estudiar en alguna academia militar cuando las Fuerzas Armadas son unos chopo de piedra, son una parranda de ignorantes defensores del desastre?; no tendría ninguna duda de que sería más rentable, tal vez ser sicario, traficante, malviviente, proxeneta que Ingeniero Mecánico, al menos haría ingentes negocios con la más poderosa “mafia”, la cual es el Gobierno.

Si deseamos tener futuro, debemos encargarnos del presente y sacar a los pillos y establecer un estricto sistema de premio y castigo, basado en las leyes que nunca nadie más podrá violar, la separación de poderes, la meritocracia y la abolición de la viveza criolla, sino estaríamos frente a la burla de la historia.

 

Bernardo Jurado es el autor de "Como caigan los dados" y ocho libros mas, todos a la venta en Amazon y las mas prestigiosas librerías de Miami y el mundo.