VOCACIONES
HEROICAS
Creo
que ese tiempo ya pasó y estoy contento con ello, porque ciertamente aplaudo de
pie a todos los héroes que sacrifican más de lo que yo he sacrificado, los
avalo y aprecio sus esfuerzos, sobre todo a los militares operativos con
experiencia real de combate.
Los
héroes son personas que hacen actos más allá del entendimiento, sacrifican sus
vidas por los demás, pero ese tiempo ya ha pasado, porque ellos, lo hacen
cuando vale la pena luchar y que sea reconocido su inmenso esfuerzo.
El
periodista, quien con toda seguridad ha sorteado las exigencias académicas de
la prestigiosa Universidad Católica Andrés Bello, le pregunta a Nicolás Maduro,
algo inocuo, normal, nada sensible, pero si loable, sobre el par de bomberos
presos por haber hecho un video humorístico con un burro entrando a la estación
en clara analogía a la inmensa cantidad de desaciertos, gazapos, errores, distorsiones,
distracciones y vacíos mentales de Maduro y este repreguntó: ¿tú eres
periodista verdad?, ¿Dónde te graduaste? En la UCAB, contestó el joven
profesional que cual héroe puso en juego su carrera frente a alguien que nunca
ha estudiado nada. Fue inmediatamente atacado al mejor estilo de su mentor
Fidel Castro, intentó disminuirlo, pero el tiempo de las vocaciones heroicas ya
ha pasado y el joven periodista, inteligente y a sabiendas de con quien se
enfrentaba, sin inmutarse solicitó al burro cambiar de pregunta y de tenor, por
cuanto no se inmoló, no le permitió que le sacrificara, porque de nada sirve un
héroe despedido de su trabajo.
Maduro,
preocupado de los excesos en la cena turca en el restaurant del chef rastrero,
que se ha hecho viral en las redes y que gran daño ha hecho a su inexistente
prestigio, le informa al periodista: “ya sé que tu intención es hacerte viral
en las redes” y el héroe nuevamente sin ánimos de sacrificarse más de lo que la
prudencia le indicaba, le ripostó que esa no era su intención sino saber del
paradero de los bomberos ante el abuso de su detención.
Debo
agregar a manera personal y totalmente parcial, que se notaba en el ambiente la
habilidad del joven periodista con respecto al tonto bobo. Este guardó silencio
y dejó que Maduro no solamente no ocultara su falta de talento para casi
cualquier cosa, sino que lo demostrara, como es su costumbre.
Felicito
al periodista y también a Maduro, porque ambos cada vez que abrieron la boca
demostraron: en al caso de joven, habilidad, fortaleza psicológica,
profesionalismo, venezolanidad, hombría, heroicidad y en al caso del burro,
debilidad, mal carácter para contestar una pregunta tan elemental, falta de
contenido, ira, ciclotimia, ignorancia y nada de moral.
Ha
pasado el tiempo de las vocaciones heroicas, porque ante estos pillos, ante un país
de acomodo, de bolsas CLAP, de perniles si votas por mí y de conos monetarios
indescifrables, de narcotráfico y de generales que parecen más bien
particulares, se debe ser más inteligentes y si alguien tiene que sacrificar
algo que sean ellos, los pillos saqueadores.
Hay que aplaudir todo lo que incomode a ese narcoanalfabeta, veguenza de la raza humana. Yo estaria de acuerdo con la sentencia si fuera para resguardar el respeto hacia el burro, el cual es un animal muy noble y que ha ayudado mucho al venezolano del campo. El burro no merece que se le compare con tal excremento ni con la bestia denomiaca de sabaneta que lo impuso a los venezolanos.
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