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Thursday, July 25, 2013
GRISES Y MATICES
John Paul Jones, sentenció que detrás de un gran buque de Guerra, siempre había un gran país y por ello en el desfile naval donde se conmemoraron tres importantes fechas patrias, no se vieron grandes buques de guerra.
Haber pasado tantos casi dos décadas en buques grises de primera tecnología para el momento, probablemente nos autorice para ver con la sorna correspondiente los discursos, llenos de la cursilería propia de quienes no tienen nada mas que ofrecer, porque otrora, la carrera naval llena de las aventuras propias del aún desconocido mar, suplía con creces los escuetos sueldos que siempre nos permitía hacer magias.
Lo único que se sabe escribió el Almirante de la mar Océano Cristóbal Colón fue lo siguiente: “La mar dará al hombre la esperanza, como los sueños al dormir” y yo con humildad puedo dar fe de ello porque esa esperanza estaba al otro lado del horizonte visual.
La palabra Almirante viene del árabe y traduce al español “príncipe de las aguas “y creo que a la Venezuela actual pudiésemos equipararla tal vez con el principado de Mónaco, por la inmensa cantidad de Almirantes holgazanes que ahora y por imperativo de la dimensión tercermundista de la Armada actual se encuentran ocupando cargos de subalternos o peor aún están sin ningún cargo en su casa vegetando y administrando como única tripulación el tiempo del chofer por el cual lucharon por tantos años y que le da el glamour que su inmenso ego requiere, para sentirse importantes sin serlo, porque no es mas importante quien posee mas cosas del Estado a quien se supone que sirve.
Recuerdo a mi estimado amigo, gran Capitán (USN) y luego Almirante norteamericano William Ulrich, con quien tuve la oportunidad de servir y quien no justificaba bajo ningún aspecto el uso de conductores por hombres jóvenes que se suponían guerreros y ductores del ejemplo de la capacidad de servicio a la nación.
En la fecha aniversario de la Armada de Venezuela, esa fecha donde se libró la segunda batalla naval en aguas encerradas mas importante del mundo, (la primera fue en el lago Erie, aquí en los Estados Unidos), la visión de organización, el sentido de pertenencia que otrora nos hacía orgullosos, el inmaculado e internacional uniforme blanco a bordo de buques grises, listos para el combate, ¡ya no existe!. El ejército de Almirantes subempleados, que ahora mismo violan el mérito por el cual luchamos y que nos pertenecía como organización, son una rémora cruel que se come a la Armada, como tal vez lo hace en dimensión exponenciada el Gobierno todo con el país.
No sé si lamentarlo, no estoy seguro de ello, pero lo que si puedo asegurar es que se lo merecen por hacer juego a ladrones de caminos que han puesto en evidencia que su formación no es tan sólida y que adolecen del profesionalismo, ese que nos hacía ver a la organización como nuestra y por ello era digna de ser defendida y agrego mas: los intereses personales, pasaban con frecuencia a ocupar un segundo puesto si acaso los intereses altruistas de la Armada, estaban en juego.
Son grises sus buques, pero ahora llenos de matices que confunden a sus tripulantes.
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Que te puedo decir, amen de lo que ya hemos conversado, si, conversado para los que nos leen con oscuras intenciones ,a pesar de las presiones seguimos en comunicación, LAPIDARIO, parafraseandolos a ellos mismos, no pueden tapar el sol con un dedo, solo que vean nada mas al dedo y no al brillo de la verdad.
ReplyDeleteMuy cierto y apegado a la triste realidad de nuestra querida Armada. Yo serví en ella por 23 años y aún hasta después de haberme ido de baja todavía me erizaba de solo escuchar la marcha épica de la Armada. Pero en estos momento solo me da es pena, si pena ajena.
ReplyDeleteSaludos