CUENTOS DEL MAR
UN LEBECHE BONACIBLE
Apenas
cuatro nudos con todo el trapo dado. Así le decimos los marineros cuando vamos
a toda vela.
Un viento como este título ‘’un
lebeche bonancible’’ un apacible viento del suroeste, muy tranquilo y ya la
tarde está en poniente y yo voy hacia el sureste.
Luego del estrés del poco sueño,
confieso que en este inmenso océano, no me apetece hacer mi situación astronómica,
para darme cuenta de lo que sé: estoy fuera de derrota, pero corrigiendo, porque,
aunque vaya a cuatro, la corriente tiene casi dos, de forma que domino el
segmento, afino y allí voy.
Destapo una vieja botella de un whiski
irlandés cuya etiqueta se ha destruido por la humedad, el roce y el medio, además
de que tiene al menos un año a bordo desde que mi buen amigo, el Capitán John
Walsh, me la regaló e insistió que era el elixir de los dioses, pero me temo
que no era así, a menos que el Dios sea irlandés.
Me sirvo uno y un segundo y decido bañarme
con el agua de la mar antes de que anochezca y así lo hago. Me sirvo un tercero
por la excusa aquella de la temperatura y allí mismo, la vi, a la Polar, la
estrella maestra, la referencia por antonomasia. A su izquierda distinguí en
aquel cielo límpido, un ábside planetario impecable sin una sola nube, a la Osa
Mayor, con su inconfundible forma de cometa invertida y por encima de ella
estaba Cefeo, la constelación. El grupo en forma de W de whiski, otra vez el whiski
y me serví un tercero, ¿o es el cuarto? ¿porque no? y esa es Casiopea.
Para ustedes marineros que leerán este
diario de navegación, si un día como hoy donde no deseo situarme, por todo lo
que me ha pasado, por el cansancio y por tener certidumbre de que voy con buen
rumbo hacia el punto de fantasía. Tomando la Polar como referencia principal y
punto de partida, pueden ir trazando líneas y triángulos, identificando fácilmente
las principales.
Por ejemplo, si formas un triángulo
con las dos estrellas bajas de la Osa Mayor y la Polar, encuentras a Capella,
pero esto no es una clase de navegación astronómica, este es un capitán de
velero un poco ebrio viendo hacia el cielo, sentado semidesnudo en la popa y
mira, me dije: allí están las Pléyades, también logro identificar a Andrómeda,
junto al cuadrado de Pegaso, ¿Pegaso?, la madre de Pegaso jajaja
Deben recordar la diferencia entre
una estrella y un planeta. Las estrellas titilan y los planetas no. Orión, mi
favorita, allí está la bandida, confundiéndose con sus hombros imaginarios Betelgeuse
y Bellatrix y esa cerca debe ser Rigel.
Creo
que la soledad me está afectando y recuerdo aquel pensamiento de Lope de Vega, enseñado
por mi padre: ‘’De mis soledades vengo y a mis soledades voy, porque para estar
conmigo, me basta mi pensamiento’’
Si, parece que este whiski irlandés
no es tan malo.
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