UN
PRIVILEGIO DE LA INTELIGENCIA
Se
dejó colar entre las sábanas, se aproximó, se acurrucó, absolutamente desnudo,
con una pulsión incontrolable como hacía tiempo que no tenía y ella dormida,
horrible con ese gancho en su pelo y una mascarilla de algo verde, un pijama
que en los Estados Unidos podrían llamar “birth control” o control de natalidad.
Se aproximó con sigilo al oído, imaginándose el intercambio de fluidos que se precipitaba
en su mente y susurrándole le dijo: ¿sabes qué?, no tengo interiores.
Tomarse
las cosas con humor es un privilegio de la inteligencia y no sé quién es el
autor o si soy yo mismo, pero es axiomático.
Ella
tan fría como siempre le contestó: échate para allá que mañana antes de irte a
trabajar te lavo uno.
Un
niño recién llegado de Miami a Caracas, quien fue a visitar a los pocos
familiares que aún le quedan en la ciudad fantasma, se consiguió con Jaimito,
hijo de un diputado del PSUV.
Mira
Jaimito, yo tengo un sándwich y tú no.
Sí,
pero yo tengo una revolución socialista y Patria y tú no.
El
niño con su inocencia le riposta que algún día el también tendrá una revolución
socialista.
Y
Jaimito le dijo: ¡entonces no tendrás sándwich!
No es fácil
esto del humor, sino le gusta, por favor deje de leer, porque no se requiere
una total explicación para conseguir una sonrisa, al contrario, debemos dejar
solapadamente ocultas algunas cosas y por ello en Fuerte Tiuna dejaron de decir
aquello: “Socialismo o muerte” porque alguien agregó: ¡valga la redundancia!
Ahora mismo
en Venezuela dejó de ser un pecado capital la gula, porque se ha convertido en
un milagro.
En aquella reunión
de Generales, uno de los asistentes lisonjero y resteado, lleno de
condecoraciones de sus logros militares en la guerra económica, expuso frente a
Padrino López (el Ministro de Defensa) que la revolución instaurada por el
Comandante eterno tenía tres grandes logros a saber: la salud, la educación y
por supuesto la defensa y cuando preguntaron a los asistentes, por aquello del
ego, cuales eran los problemas que deberían resolver, al unísono se escuchó:
desayuno, almuerzo y cena.
Yo nunca he
visto a uno de estos individuos riéndose con verdaderas ganas, todos hacen una
mueca que pareciera congelada por el botox, es algo sin gracia como este
escrito, sobre todo en el partido comunista poseen esa cara inconfundible de ex
presidiarios, resentidos y aunque Pedro Carreño lo vista Louis Vuitton, siempre
parecerá el que asaltó la cantina del batallón cuando estaba en el Ejército.
Los
humoristas venezolanos están en aprietos, porque los gobernantes
revolucionarios no tiene ni buen humor ni inteligencia, de manera que dejemos
esto hasta aquí, antes de que Iris Varela ordene a uno de los pranes que me
persiga y me haga pagar mis faltas y deslealtades contra la revolución bonita y
pacífica, pero armada y violenta, de izquierda con lujos, pero con Chávez me
resteo, mientras la espada de Bolívar pasea por la América latina. ¿Será que
esto es un chiste que yo no entiendo? ¿Será que no poseo ni un dejo del fino
humor que le caracteriza por ejemplo a Diosdado y a Mario Silva?
Queridos
lectores, ellos jamás podrán tener fino humor, porque no tienen inteligencia y
una cosa, va indefectiblemente ligada a la otra.
Te garantizo que a pesar de las circunstancias tus lectores hemos sonreído. Gracias.
ReplyDeleteMás nada!!!!
ReplyDeleteHola, si me sacaste una sonrisa, que después se apagó al leer tu acerada conclusión, se estarán preguntando que es la inteligencia...
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