MORIRÁS
MANANA
El
Doctor que le diga que le quedan seis meses de vida, le está mintiendo, pero a
la vez lo está sentenciando, desde su arrogancia asume una estadística
inconclusa en el método, nada ni nadie sobre esta tierra lo podrá hacer, pero así
se titula uno de los libros de Jaime Bayly, quien se caracteriza por conseguir títulos
que sin lugar a ninguna duda causan impacto, “Morirás mañana”.
El
pseudónimo que usaba Gabriel García Márquez, cuando tenía el hermoso trabajo de
ser articulista en “EL espectador” de Colombia era Javier Garcés (el
protagonista de la novela) y la historia va por ser un traumado escritor como
todos los que abordamos este infame oficio, pero todo esto empeoró con la
sentencia médica.
El
personaje, (que creo se me parece), no quiere reconciliarse con nada y
pareciera no ser un hombre bueno y asegura que la vida es más divertida cuando
se tiene un punado de amigos y más enemigos y allí ¡también nos parecemos!
Asegura
Garcés que es justo vengarse y yo no me vengo, primera dicotomía. Asume que la
venganza es justicia y una suerte de redención moral y que sus enemigos han
elegido serlo y aquí si coincidimos y que la escritura es un oficio vil y que
tratan de matarlo como escritor y este punto debemos revisarlo y Jaime le da
una vuelta encantadora a la novela arguyendo que Garcés considera que al
quedarle seis meses de vida, sus enemigos no merecen sobrevivirle y quiere
asesinarlos.
Son
tres los malvados enemigos: el crítico literario que todos merecen morir, un
escritor que negó su voto a Garcés para un premio de suma importancia y que
ahora vive en un geriátrico y por supuesto su editor que es un ladrón que le ha
robado las regalías de la venta de sus libros y que de paso coquetea con su
esposa.
Les
conmino a detenernos y a analizar, porque yo he sido alguna vez crítico
literario, de hecho en este escrito sin proponérmelo lo estoy siendo, también al
votar por tal o cual autor, siempre se perjudica a alguien y además tengo el
inmenso defecto de ser editor de mis libros y de los demás.
Creo
que me he visto retratado en muchas de las líneas de la trama sin par,
imaginativa y a veces llena del bochorno de las bajas pasiones y del enfermizo
ego de todos los escritores, que siempre piensan que son sus libros los
llamados por la humanidad a cambiar los rumbos societales.
Por
los momentos espero no morir mañana, pero de acuerdo a las terribles características
de las personas amenazadas por Javier Garcés, cumplo con todos los requisitos
de culpabilidad extrema, excepto el coqueteo con la esposa, que deberíamos
revisar si está realmente todo lo buena que se requiere para correr un riesgo más.
Jaime
querido, gracias por ser escritor, aunque amenaces solapadamente a los editores,
a los críticos y a quienes no voten a tu favor.
Brillante!!!!!!!!!!!!!!!!
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