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Monday, July 29, 2024

UN CAFÉ CON HISTORIA

 

UN CAFÉ CON HISTORIA

El Almirante Chester Nimitz, Halsey, Spruance y muchos otros, todos oficiales navales norteamericanos, que tomaron café en esas tazas, probablemente nunca lo hicieron en las que ahora son mías, pero lo que si es cierto y comprobado, es que de acuerdo con el esfuerzo de combate de la Segunda Guerra Mundial, en los Estados Unidos de América, muchos fabricaban de todo, obedeciendo los estándares exigidos por la Marina.

            Como es de esperar, la Marina Norteamericana era uniformada. Todos usaban los mismos lápices, aun se usan los mismos modelos de bolígrafos, las sábanas eran las mismas para todos los buques, y las tazas de café también, de hecho, en películas más viejas que yo, editadas y sacadas al mercado en 1957, como los fue El Motín del Caine, el comandante del buque, el Caine, desayunaba en su camarote tomando café en ellas, en unas iguales a las mías y se nota que cuando digo mías, no es por arrogancia, sino por orgullo.

            Quién sabe si alguno de los oficiales en la encarnizada batalla de Midway, en Saipán, las Marianas, Subic Point, ¿Qué más da?

            Tengo un amigo muy especial y naval, aunque es de la Fuerza Aérea, pero estudió con nosotros y así lo sentimos, lo queremos, como uno de los nuestros. No sé realmente bajo cual manera le llegaron las tazas de la fotografía contigua, las compró, tampoco sé a cuál precio y me las mandó de regalo, porque bien sabe de la emoción de tomar ese café con historia, con mucha historia, ya que son mayores que yo. Cuando alguna vez estuve en buques norteamericanos, ya se habían descontinuado, lo que les da mayor valor y los oficiales tomábamos en una especie de MUG color crema, que hasta hoy se mantienen.

           Sí, pienso en esos valientes que bajo fuego o tal vez repartiendo fuego con sus cañones, también tomaban el brebaje para mitigar el cansancio. Pienso en todas esas tazas como estas, que están bajo la mar en esas aguas, pienso en las que pudieron quebrarse al caer producto de un bandeo, una colisión, una explosión o peor aún, un Kamikaze, esos locos japoneses que se suicidaban y embestían a los buques con sus aviones.

            En fin, que estoy muy contento de tener amigos como el coronel Alberto Lovera Osio y de mis tazas que tiene usted el derecho de pensar que no son gran cosa, a menos que estudie concienzudamente los sacrificios de estos hombres que tomaron en ellas para que seamos libres hoy.

            Alberto, si alguien tiene dudas de su originalidad por debajo de cada pieza dice lo siguiente: en una taza ‘’Sterling’’ Liverpool USA, en un plato ‘’Caribe’’ Puerto Rico USA, en otro ‘’Homer Laughlin’’ USA y otra pieza un poco borrada por el tiempo, pero hecha en New Castle Philadelphia, un esfuerzo de guerra para un gran país que luchó y fabricaba de todo.

            Yo tengo muy buenos amigos, sin duda, pero en este caso esa amistad ha sido demostrada sobradamente, tocando fibras importantes cuando tomo un café con historia.

www.juradogrupoeditorial.com




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