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Sunday, July 2, 2023

NAVEGANDO HACIA EL PONIENTE

 

NAVEGANDO HACIA EL PONIENTE

            Es muy importante hacia donde navegas en la vida y es este título, el producto de un viejo libro de páginas amarillas como el tiempo, que, con un lenguaje medieval, describía la inmensa hazaña de Cristóbal Colón.

            Todos navegamos hacia el poniente, hacia la tarde que luego se convertirá en noche, pero sin excepción, como lo hiciera Colón, al Almirante de la mar Océano, dejamos una bitácora en la memoria de las personas cercanas que no siempre tienen que ser los familiares. En el marcado caso de los escritores, tan solo por ello, se paga este bendito oficio, porque yo también navego a toda vela hacia del poniente de mi vida y he logrado dejar mi bitácora, por escrito y para uso de los que vendrán.


            El viernes amaneciendo en Miami, me enteré de la desaparición física de mi admirado amigo y colega escritor Carlos Alberto Montaner y nos despedimos aquí en Miami, cuando nos dejó saber que se iba a Madrid a bien morir y hoy fui a mi biblioteca, con el pozo de la inspiración un poco vacío y ausente, tomé un par de obras autografiadas de su puno y letra, con cariño para nosotros y el rumbo se ha acomodado hacia el oeste, hacia el poniente que a todos nos alcanzará.

            Un peldaño más arriba estaba la bella novela ‘’Abril nace en Enero’’ de mi fallecido amigo Armando Caicedo y volví a leer la dedicatoria: ‘’Con afecto y admiración para Bernardo y Doris Jurado, de su compañero de armas’’

            Carlos Alberto, por su parte, me dedicó su novela ‘’Otra vez adiós’’ escribiendo en el frontispicio: ‘’Para Doris y para Bernardo, con profundo cariño’’ y en ‘’Tiempo de canallas’’, lo siguiente: ‘’Para Doris y para Bernardo, esta historia de la guerra fría, reciban mi abrazo’’

            Escritores contemporáneos con los que compartí y en esta clasificación incluyo a mi padre, quien también me dedicó cada una de sus cincuenta y nueve obras, qué delicia, que privilegio, que sustancia de vida, que agradecido soy, de conocer a los padres de los protagonistas de las vidas de sus espías y truhanes, la vida de los amantes, los curas, los militares, artistas y honorables, si, que privilegio saber el nombre y sentirnos arropados por el cariño de esas mentes maestras, llenas de la honestidad y la profundidad de los genios.

            Mientras yo navego hacia mi poniente solar, con el mismo rumbo oeste de Colón, mientras navego hacia la tarde o la noche de mi vida biológica, dedico con amor mis libros a mis lectores siempre amables, que alguna vez, manoseándolos, me recordarán, como ahora, recuerdo a Carlos Alberto Montaner, con quien hice televisión, con quien conversé de literatura y con quien me desternillé de la risa, ante su genial humor.

            Me temo que, ante esta evidencia, los escritores nunca mueren, porque al pasar mi mano por sus letras, les recuerdo, les admiro y me rio sabiendo que mi hora también indefectiblemente llegará, mientras firmo mis libros, con cierto sentido de inmortalidad.

juradopublishing@yahoo.com

 

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