UN FARO ENTRE OCEANOS

UN FARO ENTRE OCEANOS

            Su esposa había sufrido de dos abortos intempestivos, tenía severos problemas para mantener el feto y vivía junto a su marido en esa isla cercana a las costas de Australia, su esposo Tom era el encargado de prender las candelas del faro de posicionamiento para los marinos y por supuesto estoy hablando del año 1926.

            Esa mañana Tom pudo observar una pequeña barca de madera a la deriva, bajo del faro, corrió cerro abajo y llamó a Isabel su mujer quien acudió inmediatamente. Dentro se hallaba el cadáver de un hombre joven y un bebé que lloraba.

            La verdad duele solo un corto tiempo pero con la mentira tendrás que vivir por siempre y decidieron mentir y adoptar a la niña, enterrar el cadáver y creyeron que nada más pasaría. Tom reportó por clave morse el nacimiento de la bebé, por cuanto eran suplidos cada tres meses y fueron felicitados, bautizaron a la niña y ese mismo día, Tom pudo ver en el cementerio contiguo a una piadosa mujer de luto que lloraba frente a la lápida de su esposo desaparecido en un naufragio junto con su hija el 26 de Julio de 1926, un día, de la llegada de la barca a la isla del faro.

            Así se llama la película, con la que sufrí hoy, “The light beetwen oceans”cosas que no entiendo, porque mi vida es plácida y amable, tranquila y silenciosa y fui al cine a buscar un poco de sufrimiento y yo me niego a sufrir, no me gusta, creo que es la opción del Buda: “el dolor es inevitable pero el sufrimiento es una opción”

            Mañana 4 de Septiembre del 2016, un día antes de la fecha de su fallecimiento por múltiples complicaciones, canonizarán a Agnes, la católica que ha hecho un gran milagro en la persona de un enfermo terminal brasilero y ella nació en cuna acomodada en lo que antes era el Imperio Otomano en 1910 y temprano escuchó el llamado de los sufrientes y se hizo religiosa y adoptó el nombre de Teresa, por la santa patrona de los misioneros Teresa de Liseaux.

            Ganó el premio Nobel y la carreta en que transportaron sus restos fue la misma en la que llevaron a Gandhi. Pasó tantas dificultades en su primer año ayudando a los enfermos que hasta la duda le asaltó y escribió en su diario, de su puno y letra lo siguiente: “Nuestro Señor quiere que sea una monja libre cubierta con la pobreza de la cruz. Hoy aprendí una buena lección. La pobreza de esta gente debe ser algo muy difícil para ellos. Mientras buscaba por un hogar caminé y caminé hasta que mis brazos y piernas me dolieron. Pensé entonces qué tanto debía dolerles a ellos en su cuerpo y alma, buscando por un hogar, por comida y por tener salud. Entonces la comodidad de Loreto [su antigua orden] me sedujo. 'Solo tienes que decir una palabra y todo será tuyo de nuevo', me insistía el tentador... Por mi propia elección, mi Dios, y porque te amo, deseo permanecer y hacer lo que sea que tu Santa voluntad me pida. No dejé que una sola lágrima rodara [por su rostro].

            ¡Ella es un faro entre océanos!