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Sunday, June 15, 2025

EL AMANUENSE DE MADRE CARMEN

 

EL AMANUENSE DE MADRE CARMEN

            Llegamos, tocamos el timbre y allí apareció la luminosa y cariñosa sonrisa de Eglee y nos abrazamos, nos besamos con la urgencia que quitan o tal vez dan los años sin vernos.

            Detrás estaba él, un recio caballero que me veía con precaución. Nos saludamos con gentileza y fuimos al interno para encontrarme con que el señor había sido alumno de mi padre.


            Ahora mismo amanece y escribo luego de leer una obra de excepción para caer en cuenta que no tengo a quien llamar para felicitar, todos se encuentran en las manos del Señor y eso me hace reflexionar profundamente en la falibilidad, pero a lo que vamos que Eglee y yo nos amamos hace muchos años y mi esposa y el amanuense lo saben.

            Que eras un niño bueno, que si aplicado, que tus maestras te querían y yo, ante la andanada inevitable del amor, solo guardaba silencio y en mi mente me decía: si tu supieras maestra querida, si tu supieras de mis rubieras, de mis pasiones oscuras con algunas compañeras de clase y de mi doble moral juvenil, tan doble como la de cualquiera por cierto, pero a lo que vamos que él me veía con reservas y de repente, desenfunda y me regala una obra de seiscientas noventa y un páginas de su autoría titulada ‘’Memorias biográficas de la Madre Carmen Rendiles Martínez’’ y allí comenzó la esgrima dialéctica, mejor aún, en mi mente me decía: no lo interrumpas, aprende, cállate, presta atención, toda la que puedas que estás frente a un docto, frente a un hombre que se retiró del sacerdocio faltando seis meses para ordenarse, para ir a cuidar a su madre y unir a su familia dispersa por el mundo.

            Hoy en la mañana me he levantado en la madrugada a leer este santo libro y como viejo escritor les digo que lo que paso a contar sucede con frecuencia: hay oportunidades en que las letras, las ideas, los pensamientos vienen espontáneamente como mandados de manera exclusiva para nosotros y eso le ha pasado al Dr. Benito Prieto Soto, el esposo de mi maestra Eglee, si, mi maestra de cuarto grado de primaria.

            - ¿Y usted conoció al Padre Pio de Pietrelchina?, le pregunté como una saeta.

            -Si por supuesto, el curó a una hermana mía de una grave enfermedad y hasta le mandó una carta que poseo en Caracas.

            Yo confieso que no quería que terminara la tarde, pero ya el poniente se hacía evidente, eran las ocho y veinte de la noche y en este verano todavía había luz.

            El Dr. Prieto me ha causado una muy grata impresión, porque las inteligencias superiores me cautivan y además forma parte de la causa de los santos de la Madre Carmen que será canonizada en próximo 19 de octubre del 2025.

            Esta obra biográfica que ha hecho Prieto y que ahora tengo en mi estudio, ha sido usada como evidencia contundente para el progreso de la santidad de esta buena mujer venezolana y él, Prieto, simplemente fue el amanuense que escribía lo que ella le ordenaba en señales solo dadas a personas sensibles.

            Gracias Dr. Prieto, además por la muy honorable dedicatoria que nos ha hecho.

 



 

 

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