MI MAMÁ ESTÁ
BRAVA CON USTED
Y el alumno, un hombre que aún no pintaba
los cuarenta, en el receso de la mañana del taller de oratoria me lo dijo.
Confieso que yo a él no lo conocía, era uno más del público.
- - Profesor, mi mamá está brava con usted.
Yo estaba arreglando mis papeles, preparándome para la andanada de impresiones luego del receso. Allí, ante la tontería del hombre, levanté la vista, más por gentileza que porque me interesara.
- - ¿Y por qué está brava?
- - Ella lo llamó por teléfono hace algún
tiempo.
- - ¿Y cómo se llama ella?
- - Fulana de tal.
- -Pues, no la recuerdo, pero dime, ¿qué
le disgusta tanto?
- - Ella quería hacer un libro y habló
con usted y usted le dijo que no le importaba mucho el libro que escribiría,
sino el libro que en ese momento estaba leyendo y ella le contestó que a ella
no le gustaba leer.
Para
este momento, confieso que ya mi paciencia estaba vacía, nada podía detener la
patada voladora, sin embargo, hice un gran ejercicio sofrológico, recordé que
el alumno era también mi cliente y que debía modelarle, inspirarle y mostrar
signos de educación.
-Ajà, -dije con desdén, -¿y entonces que pasò?
-Que
usted le dijo a mi mamá que ella no leía pero que quería hacer un libro para
que la leyeran a ella.
-Bueno, eso lo he dicho a varios, en esta onda de popularización de la literatura, perdón, no quise decir popularización sino prostitución. ¿Y entonces que más pasó?
-Que
mi mamá dijo que usted es un grosero.
-Es una lástima para tu mamá, no que me considere un grosero, cosa que es perfectamente factible, porque las personas, mi querido alumno, prefieren en estos días una mala mentira que les permita seguir delinquiendo, a una buena verdad que les ponga en el sitio desde donde deben comenzar. Cuéntame fulano, ¿al menos tu mamá comenzó a leer algo?
-Yo
no creo, profesor.
-Entonces
no podrá escribir ningún libro, porque para ser escritor se debe ser lector, ¿no
crees?
-Si,
profesor.
-
¿Y tú estás también bravo conmigo porque tu mamá està brava?
-Pues,
ahora que lo entiendo, creo que estoy es bravo con mi mamá.
Luego de esta esgrima dialéctica balurda,
anoche me ha llegado de una lectora el siguiente mensaje. Realmente era un poco
más largo pero esas intimidades que esponjan mi ego, he decidido reducirlas al máximo,
igual que nos hemos reducido alejándonos con elegancias de las vanidades: ‘’…La
historia me cautivó, pero lo que no me esperaba, ni me pasó nunca por la mente,
fue el final. Wow, fue increíble, me quedé con la boca abierta. Felicidades por
esa novela, me encantó’’.
Es
la opinión de la doctora Liana Puig, que me honran muchísimo en referencia a la
novela Latitud 27.
El sábado 21 de junio a las 6 PM, tendremos otro brindis y botaremos la casa por la borda del Blue Book, por la fina gentileza de la talentosa Jeniree Blanco y su equipo, en el White Art Gallery, en 7428 SW 42 St, Bird Road Art District.
Están,
como siempre, todos invitados.
www.juradogrupoeditorial.com
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