EL CRÍTICO INTERIOR
Dedicado al escritor José Emiro y a
ti.
Como
respuesta a un post de la editorial, José Emiro contestó con un frío y triste ‘’hola’’
y lo llamé inmediatamente, entendí que era un llamado de auxilio, porque sé bien en cual negocio estoy.
La conversación
fue desalentadora, la Mérida donde rumia su futuro y se sostiene a duras penas,
la invitación al encuentro de escritores en Veracruz Méjico, que le hizo vender
una moto para pagar los $177 de inscripción y hotel, pero le faltan como $400
para el pasaje.
-Señor Jurado, yo mejor dejo esto de soñar con ser
escritor, esa cifra es inalcanzable y allí intervine yo.
Nunca
puede ser lo mismo vender tu vehículo Ferrari en Haití que en Miami, en La Paz
Bolivia que, en New York, nunca y allí voy para José Emiro y para ti: en Miami
hay restaurantes donde mi esposa y yo hemos estado, no es que me lo contaron o
yo lo infiero, sí, restaurantes donde un almuerzo puede costar esos $400. Tú eres el Ferrari y debes venderlo correctamente, en el sitio donde te sea más fácil
hacerlo. Probablemente en Haití o en La Paz, hayan personas con la capacidad económica
de comprarlo, pero aquí en los Estados Unidos cada quince minutos se hace un
nuevo millonario, uno con visión de negocios, preparación, voluntad
irrefrenable, ganas de trabajar horas y horas, días y semanas sin descanso,
hasta lograrlo, porque en este bendito país hacemos loas a la prosperidad,
mientras que en la Venezuela post Chávez la pobreza pareciera un mérito y
resulta que la pobreza es indefendible, no posee excusa alguna para existir,
logra dañar con eficiencia las conciencias, las ganas, las voluntades como casi
le pasa a José Emiro.
Seguí
interviniendo, tratando de lanzar un salvavidas a mi amigo, porque sé bien en
cual negocio estoy.
Nunca
dejes de soñar y te lo explico con ejemplos importantes: si Gabriel García Márquez
no hubiese salido de su pueblo, primero a Méjico y luego bajo la sombrilla de Carmen
Balcells en Barcelona España, esta historia hubiese muerto en alguna desolada
playa de Barranquilla. Algo similar, pero con condiciones socio económicas diferentes
hubiese ocurrido en el Perú de Mario Vargas Llosa.
Nunca
dejes de soñar José Emiro, nunca dejes de soñar, tú que me lees, porque todo en
el mundo comenzó con un sueño y un soñador que no estaba dispuesto de dejarlo,
te lo digo con toda propiedad, porque yo sé en cual negocio estoy.
No
desesperes, sigue dando un paso a la vez y recuerda el pensamiento del escritor
inglés Chesterton que ahora te regalo: ‘’La desesperación consiste en figurarse
que la vida carece de sentido’’, ese no es tu caso, el solo hecho de haber
escrito una obra dice mucho de tu calidad de valiente escritor y aquí estamos
para sostenerte cuando la fe se tropieza, cuando el crítico interior, el mayor
enemigo de tu felicidad y tus proyectos, te ataca y te lo digo porque yo sé bien en cual negocio estoy, el negocio de los sueños en blanco y negro.
Como
dice nuestro slogan: ‘’Somos Jurado Grupo Editorial, un mundo de sueños y un
mundo de letras’’.
www.juradogrupoeditorial.com
No comments:
Post a Comment