CHICHARRÓN CON PROSECCO
Debo
confesar, que no me quita ni un ápice de sueño lo que paso a relatar, pero me
resulta muy común, silvestre, cercano y al acercarse, pues, lo noto
indefectiblemente.
Ayer
hablaba con nuestro escritor Atahualpa Montes, autor de una excelente obra
editada por nosotros titulada ‘’De Pérez Jiménez a Chávez’’ y disectábamos un artículo
de su aguda pluma, sobre los venezolanos abstraídos por decir lo menos, de la
realidad, me refiero a los venezolanos de aquí, de Miami.
Atahualpa
arguye haber desayunado con un individuo que espero ya no sea su amigo, por
aquello de que la pendejería se pega, al igual que la prosperidad, y el citado
observaba sobre su reciente viaje a Venezuela que todo aquello se había arreglado
y que era muy cómodo vivir allá. Por supuesto, mi amigo Atahualpa que es de los
míos, le disparó a sangre fría al aire de los pulmones y le preguntó: ¿porque
no se iba a vivir a la Venezuela arreglada?
No
voy a seguir lloviendo sobre mojado, pero me pasó a mi en un restaurant
capitalino miamense, mientras tomaba prosecco junto a algunos escritores y el
ambiente estaba por decir lo menos exultante, algo del primer mundo, la música al
volumen correcto, los canapés excepcionales y el prosecco italiano bien frio,
porque les informo que hay proseccos que no son italianos y los que me conocen
ya deben saber cual es el restaurant que no tiene la culpa de nada, al
contrario, voy allí por su excelente servicio, pero a lo que vamos, que
probablemente nos tienen rodeados y no lo sabemos.
En la
obra “Sea el número uno” de Robert Ringer, que a la sazón me he enterado que ese
libro cuesta $800 en Amazon, en la edición fechada en mi propiedad en Agosto
del 2010, página 54, el autor dice lo siguiente: ‘’La realidad no es lo que usted
quiere que sean las cosas, ni lo que parece ser, sino lo que son verdaderamente’’
y continúa en la página 57: “La realidad es fija, inmutable, la percepción es
variable”.
En la
mesa, hablando de literatura, libros y de la próxima aventura en Tampa Florida,
la Feria Internacional del libro donde iremos con más de cuarenta escritores e
hizo su aparición otra vez la pendejería: “¿te imaginas que hiciéramos una feria
del libro en Venezuela?”
Yo me acordé de Atahualpa y su punzo-penetrante
artículo y le pregunté: ¿porque tendría que imaginármela?, ¿cuál es la parte de
Miami o Tampa que no te gusta?
El escritor a manera de doble sentido
tal vez, o mostrando sus falencias, o en uso del humor al revés del cual ya
hemos escrito y que a mi juicio es tan pernicioso como la trampa o la viveza
criolla, me dice con una sonrisa: ―Tú sabes que no es lo mismo
comerse un chicharrón allá que aquí ―mientras levantaba su copa de
prosecco ‘’italiano’’ y se la llevaba a la boca y allí, ante la estupidez le
pregunté emulando a Atahualpa: ―¿y por qué no te mudas a Venezuela
y comes chicharrón con prosecco?
www.juradogrupoeditorial.com
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