ESTOY EN UNA LLAMADA

 

ESTOY EN UNA LLAMADA

            Estoy en una llamada o peor aún, poniendo un mensaje de texto tan importante que cambiará tu rutina y tu reloj como aquella canción de Diango.

            La pérdida del mas importante recurso es abismal, solo debes sacar la cuenta de cuantas veces viste sin motivo y sin nada que buscar a tu teléfono celular, con ese tiempo podrías haber escrito un capítulo completo de tu libro, de ese que deseas escribir hace mas tiempo del que la cordura puede aceptar, pero como dicen todos: ‘’es que no tengo tiempo’’, estoy en una llamada, luego lo hago.

            Víctor Hugo, el autor de ‘’Les miserables’’, si ‘’Les’’ en francés, nos da la solución, porque en aquellos tiempos sin celular, la gente también procrastinaba, de forma que el aparato es solo una excusa que, por la inmensa ingesta de distracciones, se convierte pronto en un hábito y allí voy con esta inmejorable lección:

            ‘’Durante el verano de 1830, el escritor Víctor Hugo, tenía que cumplir con una fecha de entrega casi imposible. Doce meses antes, el autor francés, había prometido a su editor un nuevo libro. Pero en lugar de ponerse a escribir, se pasó todo ese año, persiguiendo otros proyectos, atendiendo invitados y posponiendo el trabajo. Frustrado al ver esta situación, el editor respondió, estableciendo una nueva fecha límite de entrega, menos de seis meses después. El libro tenia que estar terminado para febrero de 1831.

            Hugo confeccionó un extraño plan para vencer su postergación. Reunió toda su ropa y le pidió a un asistente que la guardara dentro de un gran baúl. Se quedó sin nada mas que un gran chal. Sin tener ningún tipo de ropa para salir de casa, tuvo que permanecer en su estudio donde escribió furiosamente durante el otoño e invierno de 1830. El jorobado de Nuestra Señora de Paris fue publicado dos semanas antes del plazo, el 14 de enero de 1831.’’ Es este un pasaje descrito por James Clear que te define o mejor dicho, nos define perfectamente.

            Cuando se es dueño absoluto de las mañanas, el resto del día pasa a ser una ventaja.

            Nunca voy a estar en una llamada antes de las 10 AM, porque mi teléfono estará en silencio, pero más allá, yo estaré escribiendo, trabajando, haciendo sin distracciones, sin mensajes de texto, sin ver Instagram y sus muchos vacíos.

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