UN PUEBLO MENDICANTE
-Si,
yo creo que es una buena mansión, tiene varios carros de alta gama, y bastantes
jardines donde podremos poner la carpa. Ya veo a Kimberley y al Joinfre
corriendo, creciendo en esos jardines. Solo tenemos que saltar la reja que nos
divide y será nuestra.
La
ignorancia es atrevida y con frecuencia un poco suicida. Les confieso que estoy
conmovido con la tragedia que la ignorancia ha construido y que como todo lo
que comienza mal, terminará de la misma manera.
Muchas
veces en los medios les he dicho a esos venezolanos incautos que le creen mas a
un pillo que a la razón, que el bello sueño americano, comienza con un sólido
estatus migratorio y no con trampas o revueltas.
-Si
Yusneylis, vamos a saltar y si nos agarra la policía armamos una revuelta y
gritamos que tenemos derechos, que mis hijos se merecen un futuro y que somos
buenos y a nadie estamos haciendo daño, por lo menos eso fue lo que nos dijo el
coyote al que le pagamos los $5,000 de la venta del rancho y el carro.
Han
caminado entre países, reportan otros que la insufrible selva del Darién, por
los olores pútridos, está llena de cadáveres insepultos, también ha habido violaciones
y asaltos, en fin, la miseria humana más atroz en tiempo de paz, luego llegan
con suerte y más ignorancia al río grande y allí también mueren algunos otros y
por la lenidad, la flojera o tal vez la ancianidad de este gobierno, logran
pasar y son detenidos. En este punto el pueblo mendicante asume que está a buen
resguardo y que ha comenzado un proceso de naturalización, de aceptación y
podemos ver a estos humildes haciendo videos en sus celulares con la alegría del
que nada sabe y el lenguaje revolucionario, porque aclaremos que estos son
hijos de la revolución, como escribió en su obra, nuestra escritora Marina Hernández.
Con
esta avalancha de personas, le comentaba a un funcionario del gobierno
norteamericano, viene también una amenaza, probablemente entre ellos este algún
iraní, cubano, afgano con su pasaporte y cedula venezolana y con intenciones de
importar junto al pueblo mendicante otro atentado terrorista, pero no es este
el caso que nos ocupa, es simplemente un muy probable escenario.
Venezolanos
en la frontera: no pueden llegar a los Estados Unidos, pasar ilegalmente,
asumir y vociferar que son mendigos, que nada tienen excepto derechos que nadie
les ha otorgado, tampoco pueden asumir que tendrán éxito porque ilegal,
significa fuera de la ley y lo lamento, pero así no son las cosas.
A
quien si debemos reclamar nuestros derechos es a los sátrapas comunistas que
sirvieron bajo la orden de asalto de Chávez primero y de Maduro en esta época de
oscurantismo terrible que ha sacado a mas de siete millones de ciudadanos del país.
Esto
tiene que estar sirviendo para algo bueno, aquí hay una gran lección que espero
sea aprovechada por este pueblo dolido que debe dejar de ser víctima para pasar
a ser protagonistas.
juradopublishing@yahoo.com
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