UNA RARA FORMA DE FELICIDAD
Es
una sustancial diferencia el estar feliz con la inmensa mentira de serlo,
porque nadie puede ser feliz permanentemente, es simplemente un decir. Nadie es
feliz haciendo algo desagradable, en el tráfico de una tarde luego de ocho
horas de trabajo, por ejemplo, pero si puedes estar feliz si en esa
circunstancia y por momentos, recibes esa llamada telefónica de un hijo desde
el exterior, me explico: en la medida que, en esa estadística mental, tuviste más
momentos felices que desgraciados, pues en esa medida, tu balanza va bien.
Otra
manera de verlo es que ciertamente la felicidad es una actitud, tú eliges serlo
o dejarte llevar por la negra marea de la amargura.
Déjenme
ir a lo que vamos, que la paz es el escalón anterior a la felicidad, por cuanto
no hay nadie feliz sin paz y la pregunta le estalla en la cara: ¿será que es difícil
ser feliz, con todos estos requisitos antes escritos?
Robert Ringer, autor norteamericano al que leo desde hace décadas encontrando en sus líneas comportamientos que aplico sin negociar, en su obra, ‘’Sea el número uno’’ forja las conductas precisamente para cuidar al número uno que es usted en su vida. Si entra a un cine y la película no le gusta, pues váyase, sin dilación, sin perder un minuto más, sin que le importe lo que piensen los demás, cuide al número uno. Lo propio es aplicable a los trabajos, a las relaciones, a los restaurantes, a todo sin excepción.
Debo
agregar que lo escrito en los párrafos anteriores es también aplicable para los
malos libros, pero en esta materia siempre nosotros los lectores, ejercemos el
oficio luego de alguna opinión de alguien afín a nuestros gustos y con quien
podamos conversar al respecto.
El
brillante Borges, también llegó a decir que no se enorgullecía de los libros
que ha escrito, sino de los que ha leído, un elegante ejercicio de humildad que
como escritor no creo, porque todos nos enorgullecemos de esos hijos hechos a
imagen y semejanza de nuestras virtudes y falencias.
En
Jurado Grupo Editorial, podemos dar fe de el orgullo que sienten nuestros escritores
al recibir su primera obra, esa emoción indescriptible de contento, de
felicidad, de logro sin mesura alguna, me hace pensar que Borges mentía con
piedad, a sabiendas de su gran obra, a sabiendas del ‘’Aleph’’, referente
encantador de la felicidad.
La lectura es una forma de ser feliz, de vivir aventuras en parajes lejanos,
porque los que leemos, viajamos gratis, los que leemos, vivimos más y mejor,
reticulamos nuestro cerebro, pareciera que estamos y somos más equilibrados y además
nuestro humor es mejor y con mayores recursos mentales y espirituales, si,
amigos, la lectura es una rara forma de felicidad.
juradopublishing@yahoo.com
Excelente
ReplyDelete