LASTIMOCRACIA, ENDEMIA EN DESARROLLO
Es
probablemente un problema de autoestima, seguramente es uno educativo que ha
dado buenos resultados, otra teoría apunta hacia uno de estabilidad emocional y
otro motivo pendejería, adjetivo acuñado por mi para los pendejos.
Realmente
la "lastimocracia", otro infalible invento de mi amigo el Dr. José Antonio
Cisneros en una de nuestras largas y crecedoras conversaciones es aplicable
casi a cualquier cosa en ese país paupérrimo de donde venimos a punta de lástima,
a punta de pobrecito, a nalgadas de soberanía.
Por
favor pásale el examen a ese joven, que él es humilde, si supieras el trabajo
que pasa para llegar cada día a la universidad y así podrá llegar a graduarse
de cirujano, dando lástima, con la consabida consecuencia de varias muertes por
falta de preparación profesional.
Meditando
un poco sobre este antipático fenómeno social, he llegado a la conclusión que
la "lastimocracia" posee dos vertientes y una influencia que desgranaré a
continuación: el que cede la lástima, el que la acepta sin chistar, porque esa
es otra, alguien a quien aprueben en una materia porque es humilde y la tercera,
pero mas perniciosa aun, la viveza que se aprende. Si das lástima, si te
quejas, si lloras, en el país de los blandengues, te aprobarán y resulta
queridos lectores que ningún gran país se ha hecho grande influyendo de esa
manera a sus ciudadanos, al contrario, es haciendo loas al esfuerzo, al tesón,
a la preparación, al estudio sistemático, consuetudinario, a la constancia sin
receso.
La
queja trae pobreza y la responsabilidad prosperidad y pongamos un ejemplo: si
usted escogió a un socio para hacer un negocio y el caballero en cuestión le
timó, le robó, le embaucó, pues es culpa suya, por no hacer su trabajo de investigación,
debe hacerse responsable del riesgo de unirse en negocio con alguien a quien no
conozca bien.
Otro ángulo
de la "lastimocracia", es el pensar que el gobierno debe resolvernos todo y
luego quejarnos de que el mismo gobierno es inoperante y además está metido en
todo, parece un contrasentido, pero no lo es, es la naturaleza humana.
Esto
no ocurre solo allá, también por aquí, llegaron a ofrecer a los pequeños negocios
una ayuda económica, por la pandemia y les informo que eso es ilegal, porque
esos dineros no son del gobierno sino de nosotros los contribuyentes y si su
negocio no ha mutado, no ha crecido, no ha dado el salto cuántico, no es culpa
del gobierno para que venga ayudarlo, sino suya y como la estadística nos
muestra, al darle la tal ayuda, en menos de un suspiro ese dinero desaparecerá y
su negocio estará peor.
Los
gobiernos no son para ayudarnos, son nuestros empleados y como tal deben
cumplir correctamente con su trabajo o serán despedidos. La economía no acepta
cercas, reglas ni leyes, por ello vivo en el país del libre mercado, de la
competencia y la prosperidad, a los lastimosos, a aquellos pobrecitos hipócritas
fabricantes de lástima, manténganse lejos, porque eso se contagia.
juradopublishing@yahoo.com
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