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Sunday, December 19, 2021

LA MÁQUINA DEL TIEMPO Y LA MUERTE DE HANS

 

LA MÁQUINA DEL TIEMPO Y LA MUERTE DE HANS

            Al ver su reloj, se dio cuenta que no le había dado cuerda al amanecer y por ende no sabía cuánto tiempo de vuelo tenía, de manera que había perdido toda referencia en su maltrecho avión de entrenamiento, traído del frente del África, si, su muy usado Messerschmitt BF 109. Había comenzado a nevar y también las referencias visuales desaparecieron bajo la blanca nieve.


            Los relojes "flieger" fueron una parte esencial del equipamiento de los pilotos alemanes, no obstante, ya los problemas económicos y la escasez de combustible se hacían notar para octubre de 1944 y solo a los más expertos se les dotaba de esa casi perfecta máquina del tiempo, donde ellos, los líderes de grupo, sincronizaban en sus flieger modelo B de doble esfera.

            En la investigación de mi novela "Volando en el ataúd" consulté a muchos pilotos aviadores de extensa experiencia y en particular mi compañero, el coronel Alberto Lovera, me había hablado de este tipo de relojes usados por los alemanes para determinar la mágica ecuación de distancia es igual a velocidad entre el tiempo y con ello tener una fija que les ubicara geográficamente, además poseían iridiscencia para ser usado en las noches, toda una revelación tecnológica para la época.

A Hans Wunderlich, joven de 19 años en entrenamiento en la Base Aérea de Aalborg no le dotaron del prenombrado reloj y su cadáver fue encontrado dentro de su avión enterrado en el fango de la nieve en enero del 2017, llevaba en su muñeca izquierda un reloj civil que le había regalado su padre y que llevaba por la parte de abajo las iniciales HW. Esta historia es absolutamente verídica.

            Anoche cumplieron cuarenta años de matrimonio mis amigos Alberto y Elena, la fiesta fue glamurosa, encantadora, amenizada por un violinista de eximio gusto. La piscina alumbrada con luces que simulaban velas a su rededor, los invitados tan amables y risas, muchas risas con humor del primer mundo, de repente Alberto, mi amigo, el coronel piloto aviador de plataformas de alto performance, una leyenda que además se graduó en el Curso de Comando y Estado Mayor Naval, por cuanto es calificado por la US Navy, siendo de la Fuerza Aérea, me llamó aparte para decirme que no estaría en enero para mi sexagésimo cumpleaños y que se perdería el evento y acto seguido me entregó un estuche, como regalo de cumpleaños, mi primer regalo de cumpleaños.

            Dentro de la caja, me conseguí con un papel que tapaba su contenido y que era un pequeño documento de garantía, al levantarlo estaba él, el reloj, un "flieger" con correa de cuero de carnero original. Es un modelo "B" de doble esfera y confieso que aun me encuentro en una pieza. Hoy en la mañana me levanté como niño el 25 de diciembre, luego de la llegada del niño Jesús y aun me encuentro emocionado por tanta gentileza de mi amigo y no puedo dejar de recordar a Hans, cuya vida hubiese sido salvada por un reloj como el mío.

Bernardo Jurado es el autor de Volando en el ataúd, a la venta en Amazon y las más prestigiosas librerías de Miami y el mundo.   juradopublishing@yahoo.com

 

 

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