CON EL LADRILLO AL HOMBRO

CON EL LADRILLO AL HOMBRO

         Me encantaría escribir para vivir, pero como lo dijera el premio Nobel, quien escribe para comer, ni escribe ni come, de manera que me dedico entonces a leer y el admirado Benedetti, llegó a asegurar que había personas que andaban por la vida con un ladrillo al hombro para mostrarle a la humanidad como era su casa.

         Probablemente en el caso de los escritores sea cierto. Escribimos y lo seguimos haciendo, relatando cada pequeña cosa de nuestra vida que observamos desde la pupila zahorí. Buscamos y tan solo una frase de uno de los integrantes de la bohemia, te compra, te subyuga, te doblega, sacas raudo tu bolígrafo y anotas en la servilleta gastada que guardas en el bolsillo del jean, la sentencia como un título que seguramente te dará unas mil vistas en el blog. Allí se desarrollan las ideas, los relatos, las sinonimias que modifican la conducta y los lectores preguntan entonces por el ladrillo: ¿Quién escribió esto? ¿Cómo es la casa de su mente y su cultura?

         Juana la Loca, esposa de Felipe el hermoso… ¿lo han escuchado?, (pues búsquenlo en el internet) estuvo paseando por toda España el cadáver insepulto y putrefacto de su marido y en carretas tiradas de caballo. A mí me gustaría que me quisieran tanto, pero en verdad no lo creo. Infiero que se desharán pronto de mi cadáver y pronto me olvidarán. Probablemente se sientan más confortables en mi casa al no tener que aguantar al insomne y disciplinado, fastidioso, enjundioso, ruidoso, tecleador de palabras, que molesta con sus sutiles pero evidentes ruidos, ese que al pasar una página lo hace sin entender que hay personas que duermen y lo que más rabia da, cuando se acuesta parece un tronco, si, así pensarán en casa, ¡lo aseguro!

         La periodista Berenice Gómez, asegura que el hermano de Hugo Chávez, murió de un infarto fulminante, que se llevaron el cadáver muerto (porque hay cadáveres que no están muertos, como el del hermano), pero que el diagnóstico fue muerte por salmonella y ¿saben qué? A mí me tiene sin cuidado de que murió el Alcalde del pequeño pueblo olvidado de Barinas, lo que si ocupa mi atención es la muerte de muchos venezolanos por endemias que quedaron en el pasado en los países decentes, personas que los mata un zancudo, una araña, un asaltante, una gripe, la diabetes, la esquizofrenia de la escases o peor aún personas que mueren por hambre. Quiero recordar que el hecho de ser alcalde no implica que su vida es más importante, no, su vida es tan importante como la mía y como la de los niños que cuida Ivonne en el hospital público. No hay derecho a morir de mengua, no es justificable. Por lo pronto la Madre de los hermanos Chávez ha enterrado a dos de sus hijos que han muerto jóvenes y en extrañas circunstancias. Tal vez toda esa familia lleva un ladrillo al hombro, mostrando al mundo como es su casa.