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Saturday, February 4, 2023

LOS DEL CLEMENTE LO HARÁN

 

LOS DEL CLEMENTE LO HARÁN

            Mi ego se revolvía, yo no quería ir a ese buque viejo, yo era un fragatero de última tecnología. Pensé que alguien quería perjudicarme pero estaba viejo para seguir en el cargo de navegador y era muy joven para ser jefe de operaciones, de forma que me mandaron al Clemente.


            Yo pintaba unos treinta años y el buque pasaba de cuarenta y dos. Mi padre y mis tíos operaron esas unidades, pero el comandante era Gilberto Velásquez y el primer día ordenó que fuera yo quien sacara el buque de puerto y me enamoré por siempre de esa unidad.

            Con orgullo confieso que me convertí en la mano derecha de Gilberto y nuestras conversaciones sobre libros, táctica, tecnología, siguen siendo memorables y llevamos a Franco Rubartelli y su equipo a la isla de La Blanquilla quienes harían un comercial para la Armada y descubrí que Gilberto hablaba italiano perfectamente, porque hablar en inglés era normal.

            Nuestro jefe de armamento, mi fraterno compañero Víctor Araujo Martínez, fallecido ya, era marabino y gaitero y diciembre se aproximaba mientras operábamos y armó el conjunto de gaitas y practicaban navegando hasta que los escuchamos cantar una compuesta por mi talentoso amigo cuyo estribillo decía: ‘’Los del Moran, los del Clemente lo harán’’ en abierta analogía a la sana competencia con nuestro buque hermano, pero llegó el 4 de febrero de 1992 y Gilberto estaba alegre, infiero que con algunos copetines, celebraba y cantaba rancheras con su sombrero mejicano y llegó Hugo Chávez y le canceló la fiesta y yo estaba de guardia y le esperé un poco más allá de la media noche cuando llegó junto a todos los demás y ya el bello Clemente, estaba listo para el combate y zarpamos, pero esa es otra historia.

            Veníamos a nueve millas al norte de La Guaira y conseguimos a esos tres, un poco borrachos aun, agarrados de su yate que estaba hundido casi totalmente de manera vertical y le salvamos la vida, los vestimos, los atendimos y también hundimos la embarcación porque no se podía remolcar y luego intentaron demandarnos por ello, pero esa también es otra historia y descubrimos una caja de madera de pino en un pañol de la base naval, una caja donde cabría un carro y allí estaba, el santo grial, una antena de radar aéreo y nos la robamos, sí, somos ladrones de antenas aéreas, porque una de radar de tiro la roba cualquiera y le ahorramos a la Marina $6.000.000 que era lo que cobraban los italianos, por hacer ese trabajo de cuidadosa labor técnica.

            Gilberto y yo seguimos siendo amigos y espero que no lea este escrito donde le tuteo, pero es que le aprecio y admiro mucho y han pasado más años de los que puedo contar y tenemos en común un universo de historias y aventuras juntos a bordo. El Comandante Gilberto Velásquez Sibila, maestro y fraterno, está de cumpleaños hoy y de alguna forma él me enseñó que los buques son seres tan vivos como quienes los tripulan.

            Feliz cumpleaños amigo querido.

juradogrupoeditorial@gmail. com

 

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