LAS COSAS HAN CAMBIADO MUCHO

 

LAS COSAS HAN CAMBIADO MUCHO

            Hay personas que marcan las vidas de muchos, tanto para bien como para su contrario. Los padres, por ejemplo, somos un grupo que nos dedicamos a ello o al menos esperamos hacerlo con cierto éxito. En el caso de algunos abuelos, también, cuando tienen el indefectible e inevitable deber de fungir como padres cuando estos faltan, pero su papel principal, el de los abuelos, es dejar una marca indeleble de amor y belleza en la vida de sus nietos.

            Estamos llegando de viaje, desde Ciudad de México, donde conseguí un país que nos abrió, con facilidad pasmosa y amable, las puertas de su corazón y llegamos bien cansados el 31 de diciembre. Como es de esperar teníamos varias invitaciones para recibir el año nuevo, pero yo pienso que es ese un día un poco peligroso por varias razones, pero solo les diré una: todos están bebiendo licor, al menos los amateurs, porque mi generación somos unos profesionales y luego de las doce nos abrazamos y deseamos parabienes y bienaventuranzas, inclusive lo hacemos con las personas que nos caen mal y a una hora determinada nos vamos a casa a unas doce o catorce millas de nuestros anfitriones y nos conseguimos con el amateur que viene ebrio. Déjenme agregarle una más: en el bello jardín estamos todos y el estúpido vaquero vecino, saca su pistola de 9 mm y vacía al aire sus proyectiles, sin tener la mas tibia idea de las inviolables leyes de la física y con suerte no matará a nadie, pero a lo que vamos, que el papel se acaba.

            Abrimos negocios para nuestros escritores en una cadena exclusiva de librerías donde los presentaremos, la que mas me gustó queda en un glamuroso sitio llamado Polanco y la librería se llama como la primera línea de la épica obra de Cervantes: ‘’Un lugar de la Mancha’’

            Ayer, primer día del 2022, recordé la última conversación con mi Padre, le llamé, como a diario hacía y me atendió un hombre un poco cansado que conversaba conmigo con amor y sabiduría era el 2009. Yo, con mi corazón un poco vacío, le pedí que viniera a verme. Sabía que nos quedaba poco tiempo, sabía que esa persona a quien debo mi nombre, mi afición por las letras, a quien debo mi genética, mi formación, mi carácter, mi hombría, se apagaba paso a paso, como seguramente me pasará a mi y a usted que me lee.

            -¿Papa y cuando vienes a visitarme?

            -Las cosas han cambiado mucho hijo mío, hablamos en otra oportunidad, que Dios te bendiga.

            Ayer, primero de enero, fue un gran día, porque mi padre cumpliría ochenta y cuatro años de edad y mi abuela Hilda otros tantos.

            Cicerón lo definió muy bien: ‘’La vida de los muertos, permanece en la memoria de los vivos’’

            Ya soy un viejo con actitud de joven, espero, y probablemente la historia se repetirá, espero.

            Por los momentos, mientras nuestra partida se aproxima, solo nos queda recordarles con amor y orar por la paz de sus almas.

            Si Papá, tienes como siempre razón, las cosas han cambiado mucho.

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