CUENTOS DEL MAR
EL CREADOR DE REALIDADES
Pasé
el promontorio y el viento rolò de babor a estribor y con una violencia
importante. Navegaba yo de acuerdo con las tablas de intensidad de Beaufort con
viento de 8 Kn. o sea 3 en la escala lo que se llama "Gentile Breeze" y pasé
con viento de estribor a 20 Kn., escala 5 y se aceleró mi velocidad, pero a la
vez perdí mi centro bélico por tener una escora mayor a 25 grados, además tuve
que corregir con timón con cinco grados lo que implica todo lo anterior que el
Blue Book navegaba forzado, fuera de su física natural y por ello tomé un rizo
a la mayor, reduje en un par de vueltas el foque y pude poner mi timón a la vía.
Así pasan las cosas en la mar, ella
no da descanso a ningún marinero y si acaso alguien se agota, ella se lo lleva.
Debemos recordar aquella vieja historia bíblica, de Jonás:
"Y
dijeron cada uno a su compañero: Venid y echemos suertes, para que sepamos por
causa de quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó
sobre Jonás. Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué nos ha venido
este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué
pueblo eres? Y él les respondió: Soy
hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le
dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la presencia
de Jehová, pues él se lo había declarado.
Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el
mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más. Él les respondió: Tomadme y echadme al mar, y
el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran
tempestad sobre vosotros. Y aquellos
hombres trabajaron para hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron, porque
el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos. Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te
rogamos ahora Jehová, que no perezcamos
nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre
inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido. Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el
mar se aquietó de su furor. Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran
temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos.
Pero Jehová tenía preparado un gran pez que
tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.’’
No
conozco a ningún marinero que por algún momento, no se halla sentido en las vísceras
de un pez. Por supuesto es esto una quimera que a la vez es aquello que se
propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo.
Es
nuestra mente la creadora de realidades, buenas o malas pero ciertas, desde el
momento, aquí en la mar, con todas las desventajas posibles frente al infortunio,
el peligro, el medio ambiente, tus falencias y falta de experiencia que podemos
entender que ganaremos o aprenderemos, pero nunca fallaremos, porque cada cosa
o circunstancia que podemos llamar fracaso, lo seguirá siendo si no le haces al
creador de realidades una pregunta: ¿de esto que me ha pasado, que puedo
aprender?
¿Saben
qué?, que he llegado a la conclusión, una buena conclusión y aplicable a todo
en la vida, que los problemas no existen, solo hay soluciones esperando por
nosotros, que aun se encuentran ocultas. Usa a tu creador de realidades para
conseguir esas soluciones y diviértete en el proceso, porque como lo dijera
Dyer: ‘’Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas cambian’’
Ya
la escora del viejo Blue Book está por debajo de los diez grados y dando 6.3
Kn.
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