Friday, August 2, 2024

CUENTOS DEL MAR, AVANTE POCA Y ESCANDALLO

 

CUENTOS DEL MAR

AVANTE POCA Y ESCANDALLO

            Pude llegar con luz de día. El poniente por babor, o sea, el oeste y el cayo más a mi noreste y cambié el rumbo al 010 verdadero como era de esperar mi velocidad disminuyó, pero no pasa nada, ya tenía el faro a la vista a una milla, para dejarlo marcando el poniente y frente a él, hacerme contrario al viento, dar fondo al ancla y hacer cabeza en el tenedero.



            Todo suena muy fácil, pero no es así. Las aguas bajas son una belleza, parece estar navegando en una piscina privada, excepto cuando al costado podemos ver alguna piedra terrorífica no hidrografiada y recuerdo mi metro sesenta de calado.

            Cuando comenzó la propulsión mecánica, cualquier capitán aproximando, ordenaba a las maquinas ‘’Avante poca’’ o mínimo o despacio, pero siempre se da el sentido y luego la velocidad que se desea. Para aquellos terrícolas que nunca han escuchado la palabra escandallo allí les va: ‘’ Parte de una sonda, que lleva en su base una cavidad rellena de sebo y sirve para reconocer la calidad del fondo del agua mediante las partículas u objetos que se sacan adheridos’’. Ahora les agrego esto que me gusta mucho, escrito por Arturo Pérez Reverte en su obra ‘’La carta esférica’’: ‘’Los números de la sonda son brazas de a dos Varas Castellanas’’, suena bien antiguo ¿no es cierto?, pues lo es y data de la segunda mitad del siglo XVIII, año 1751 y sigo: una vara castellana estaba formada por tres pies de Burgos, unos ochenta y tres centímetros. Seis pies sumaban una braza española o sea un metro sesenta y siete centímetros y como yo ando en busca de la historia, con mi velero de treinta pies y estando solo a avante poca, lanzo mi escandallo por babor, paro y dejo el velamen flamear porque ya he conseguido desde hace rato los tres metros de profundidad, así me lo indica con un poquito mas de dos brazas y me voy a proa a esperar termine la estrepada avante y dar fondo tres veces de cadena de la profundidad o sea nueve metros de catenaria.

            Un fondeadero amable y quedé a unas cincuenta yardas de tierra, de forma que ni arriaré el zodiac.



            Me hice firme a la cintura un cabo de un octavo, donde aseguré mi par de sandalias Crocs, que flotan, mi puñal enfundado y me lancé al agua, haciéndome de tierra fácilmente mientras veía al Blue Book imponente y extrañado.

            Al pisar tierra, me di cuenta de que era el único humano allí en ese momento y confieso que sentí dos cosas poco usuales en mi: me sentí realmente solo y además sentí miedo. Era esa, una isla de piratas donde seguramente habían ejecutado a mas de uno, agregando la desaparición de los dos hombres del faro aquel 4 de agosto de 1969, que Dios tenga a buen resguardo sus almas y en ese momento entendí porque los conquistadores hacían una oración al tocar tierra y también la hice.

            Las oraciones siempre funcionan.

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