LA VÉRTEBRA
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En
realidad en nuestra época de gestación son treinta y tres las vértebras de un
ser humano. Poco antes de nacer se sueldan unas pocas a nivel del coxis, que es
una suerte de rabo amputado, que de acuerdo a Charles Darwin nos hace parecer a
los monos y el total pasa a ser de veinticuatro vértebras que son las que posee
cualquier persona.
En
el caso de las cervicales, podemos conseguir un par de forma extraña llamadas
el Atlas y el Axis, que se complementan en sus concavidades y convexidades y paradójicamente
al dislocarse producen la muerte instantánea, esa es la razón por la cual el
muy famoso nudo del ahorcado se coloca en la nuca, porque cuando la gravedad
hace su trabajo haciendo que el nudo se apriete, es este quien disloca las
prenombradas vértebras. El hecho de la asfixia es una consecuencia natural del
corte de la entrada del aire al sistema respiratorio, pero ya el reo estará
muerto para ese momento, de manera que no se muere por ahorcamiento sino por dislocación
de la cérvix.
En
el caso de las mujeres cubanas, algo aun no comprobado pero que la práctica
diaria da como incontrovertible evidencia, ellas poseen veinticinco vértebras y
la número quince es la más importante de ellas y está absolutamente dominada
por las emociones.
Si
llegara Usted a discutir acaloradamente con una de ellas, podrá observar una
flexibilidad a nivel dorsal, poco antes del área lumbar y bajo el área
cervical. Es un movimiento inentendible de flexibilidad tangencial, tal vez
transversal, dicotómico, curvilíneo, ciclotímico que denota violencia,
agresividad, desapego por la vida, desafío y mal humor.
La
vertebra quince no se mueve sola, va acompañada de una gesticulación de los
brazos y hombros pero de manera independiente. La cabeza queda fuera de lugar
por instantes y nadie entiende como no hay dislocación del Atlas y el Axis,
pero así es.
La
mejor recomendación es siempre averiguar con el tacto (si acaso se lo permiten)
cuantas vértebras posee la cubana en cuestión y luego podrá Usted, con sabiduría,
con sosiego y mucha calma, huir lo antes posible antes de que el movimiento
satánico se lleve a cabo y corra peligro su vida.
En
esta época de la aldea global, me temo que otras nacionalidades también la han
heredado, sobre todo en Venezuela donde las cubanas se mimetizaron y ensenaron con maestría el uso de la
peligrosa y amenazante vertebra quince.
Corrección:
en la investigación pertinente para hacer este escrito, acabo de conseguir que
es esta una situación de corte femenino y mundial, pero mucho más notorio en
las caribeñas, encantadoras torturadoras, amantes candentes, exigentes al
extremo y adoradoras de los sacrificios humanos, pero así son ellas, por lo que
bien escribiera Lord Byron: “Las damas no fueron hechas para ser entendidas,
solo ¡ámalas!
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