Tuesday, July 15, 2014
UNA HOJILLA EN EL INTERIOR
No entiendo como los jardineros de por estas tierras hacen crecer grama y flores a las orillas del mar y caminaba por la isla, pasando por ese lujoso hotel donde está hospedado el Presidente de Colombia Juan Manuel Santos y no había mayor movimiento de seguridad, porque aquí la seguridad es igual para todos y se requiere un permiso para llegar hasta aquí, excepto si vive aquí y seguí caminando, viendo el azul del agua que creo que también es pintada por la tecnología americana y el sol lo ponen a la cantidad angular correcta para reflejar solo lo bonito y frente a mi venía ella, a quien bien conozco, fue una vecina de Venezuela cuyo marido también era mi amigo muy fraterno, hasta que me vi en la obligación de destruirlo y denunciar sus tropelías y negocillos en el nauseabundo caldo de cultivo del chavismo.
La colisión era inevitable. Yo iba y ella venía y estábamos en la caminería con un malecón por la derecha y las jardineras floreadas a la izquierda y no se podía escapar y me vio y creo que se quiso lanzar al agua y me detuve y sonreí, la comprendí, sabiendo que ella solo es una cómplice tonta y al detenerme decidí hacérselo fácil. ¿Cómo estas fulanita? ¿Qué haces por este odiado imperio enemigo de tu marido? Ella pensó en escapar y le informé que esto no es nada personal, que estaba muy bonita y que la democracia es para todos y le reconfirmé mis preguntas no sin antes dejarle saber que eran sinceras, porque los humanos no pueden cambiar tanto fulanita, a menos que su esposo sea Jean ValJean (el personaje icónico de la obra “Los Miserables, de Víctor Hugo”) y estoy seguro que nunca supo a quién me refería. Estaba ella en una pieza, creo que me observaba con odio y yo no, y eso le molestaba aún más, hasta que decidió hablarme para decirme que se había mudado a la Isla y que no era un placer verme.
Como hace bastante tiempo he decidido estar más allá del bien y el mal, me sonreí y tan solo alcancé a decir: “dile a tu marido que yo tampoco espero verlo, pero si sucede lo saludaré con caballerosidad, pero que trate de evitarme porque yo no ando con ladrones y me contento saber que están hasta dentro de poco tiempo en mi isla, porque yo soy como una hojilla en el interior, no hago ruido, pero estoy seguro que me sentirá” y ¡no pude aguantar más la risa!
El problema de ser chavista es que ni Chávez creía en eso, es sumamente incómodo porque a nadie le gusta lo malo, (corrijo, porque he tenido la oportunidad de ver algunos casos)
Me divertí mucho al encontrarme a fulanita, quien debe estar al menos preocupada o sumamente arrecha de haberme visto. Por mi parte, si alguien conoce a fulanita, envíele este artículo para que también sonría y quite esa cara prestada de comunista.
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