Saturday, July 6, 2024

CUENTOS DEL MAR, NOS VAMOS A NASSAU

 

CUENTOS DEL MAR

NOS VAMOS A NASSAU

            Nos separan desde la marina hasta Nassau, frente a la iglesia y diagonal al fuerte, donde me espero fondear, ciento ochenta y cuatro millas náuticas lineales que bien saben que en un velero la cuenta es otra, por las piernas que debemos hacer para obtener la mejor velocidad y aprovechamiento de la fuerza del viento, pero eso será tema de otro escrito, el zarpe y la travesía. Por los momentos se impone la logística.

            Serán unas treinta y seis horas de navegación y quiero llegar con luz de día, entre las ocho y las nueve de la mañana, de forma que deberé zarpar el día que lo determine la meteorología, no después de las nueve de la noche, de hecho, pienso zarpar un par de horas antes, con el poniente, izar mis velas con toda calma, lanzar mis anzuelos por popa, hacer firme el timón al piloto automático y observar a la bella Miami desde mi bordo, porque la noche será dura navegando en solitario.

            Normalmente a partir de la media noche, ya lejos del tráfico marítimo normal, decido recostarme por veinte minutos. Cada veinte minutos suena mi despertador a menos que el sistema satelital me dé un PMA, punto de máxima aproximación de cinco millas con cualquier blanco y suene estridentemente, porque mis maniobras son dependientes de la única fuerza del momento, la cual es el viento y como es de noche, siempre le tomo como precaución un par de rizos a la mayor y pongo al foque a media. Ya no estoy en la armada, mi tiempo es mío y no estoy interesado en ser puntual con nadie en Nassau, porque nadie me espera, excepto la historia.

            He estado estudiando la vida de los piratas y quiero ir a los pasadizos del fuerte donde guardaron momentáneamente algunos tesoros, pero estoy derivando, porque debo volver a la logística y su lista de chequeo: estoy full de agua potable, realmente de lluvia, porque tengo un recolector que es una maravilla y ha llovido mucho esta semana. Tengo más de tres cuartas partes de combustible, lo que me da una autonomía para hacer este viaje a motor unas tres veces sin parar, pero como siempre, usaré el viento o ¿a qué vinimos?, ¿somos marineros o somos lancheros?, en materia de comida, la lista es extensa. Pasé por Publix, los automercados de por aquí, e incluí, además de las verduras, huevos, incluí harina pan, pastas, arroz, aceite vegetal y de oliva, frijoles en lata, atún en lata, galletas de soda, aceitunas, unas anchoas enlatadas de primera categoría, sí, incluí  dos botellas de vino tinto, una botella de Old Parr que estaba a buen precio, por supuesto una sobre carga de café porque la proteína animal fresca, la conseguiré o en la mar o en Nassau.

            Espero pasar cinco días, escudriñando la historia, ya llevo el expediente de la investigación que he hecho de la vida de la República Pirata y estoy muy feliz de este nuevo reto. Porque la vida se compone de retos o de tedio, tu escoges.

 

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