Saturday, October 9, 2021

JAIMITO Y EL DESCRÉDITO DE LA OTREDAD

 

JAIMITO Y EL DESCRÉDITO DE LA OTREDAD

            Y en aquella sana inducción vocacional la maestra preguntaba sobre las profesiones y por supuesto afloraron los médicos, los policías etc.



            Al llegar a Jaimito, este contestó sin un ápice de duda: maestra yo lo que quiero ser cuando este grande es un ‘’guebón’’

*adjetivo vulgar del argot venezolano, que define a una persona tonta. Equivalente al ‘’boludo’’ argentino

-Mi papa, que es chavista aun, siempre dice: ‘’mira a ese guebón en ese Ferrari con esa rubia’’, ‘’Ese guebón fue el primero de nosotros en graduarse y con honores’’, El guebón ese vive en una mansión en West Palm Beach’’ y así maestra, todos esos guebones como que les va mucho mejor que a papá, por eso quiero ser un guebón.

            En Latinoamérica toda, pero excepcionalmente en la Venezuela revolucionaria, aunque me temo que es esta una ola que data de tiempos coloniales, el descrédito del otro es un deporte que se hace profesionalmente y delata muchos defectos: rededor al satánico comentario siempre, sin excepción habrá resentimiento y envidia y aunque el resentimiento es el aval moral de la envidia de acuerdo al colega Fernando Sabater, aseguro que ambos nos dejan malas intenciones y contaminan lo bueno que pueda haber en el humano.

            En Venezuela, el éxito ajeno le hiede a cualquiera, además los esfuerzos comunes son pechados de inocuos, son atacados, son depauperados, descalificados y atropellados, lo que me hace concluir que el enemigo está dentro y no afuera, lo que me vuelve hacer concluir que el presente actual es producto de la maduración del desgaste del ejercicio de la descalificación de la otredad en buena parte y en otra, de la ignorancia.

            La visión de retrovisor hacia el pasado donde todo se relaciona con alguna epopeya al menos centenaria que nada tiene que ver con el presente. Ese inútil ejercicio de intentar acomodar el pensamiento de los próceres con el devenir de la actualidad o peor aun aquellos que se dan a la tarea de criticar a los libertadores, a todos aquellos que sacrificaron lo mas importante como si no lo fuera.

            Podemos recordar al Comisario Oscar Pérez quien se inmoló, quien fue asesinado a manos de la banda delincuencial que asegura que todos los decentes somos unos ‘’guebones’’, que todos aquellos que creemos en la democracia, en el respeto a las leyes, al orden ciudadano, al progreso, a la alternabilidad del poder, a la concordia, a la seguridad jurídica y física, si, para ellos, seguimos siendo eso, pero como epidérmicamente ellos, esos hijos del maltrato, que no conocen mundo y que sobreviven de la práctica del atraco y el grito, ellos, bien suponen que probablemente Jaimito tenga la razón.

            Cuando el venezolano rompa, se subleve contra la huella perenne descrita por Herrera Luque, simplemente se parecerán, surgirán, vivirán como los ciudadanos de primer mundo que se merecen y no como fieles representantes de la inopia socialista que nunca jamás, ha hecho nada por nadie, excepto por ellos. Hay un precio que pagar por todo.

juradopublishing@yahoo.com

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