LA ARENA
PANTANOSA DE LA IDEA
Me
temo que también es movediza, de esas que alguna vez vimos en las películas, donde
el incauto quedaba atrapado hasta la cintura y se hundía en lenta agonía, una
terrible, lenta y segura muerte por asfixia.
Por
supuesto, imploraba a viva voz por su vida, gritaba cuando ya el inexorable
destino se le acercaba al esternocleidomastoideo (tenía tiempo sin usar esa
palabra, creo que se la debo a los efectos del vodka tónic, que ahora, después de
una larga caminata meditativa, buscando una idea, pues, decidí escribir
precisamente de ella, la idea, pero con mucho limón, el vodka)
Me
merezco este vodka y esa botella creo que casi es un fósil, porque me temo que
tiene más tiempo en el refrigerador que de hecha, está helada y caminando me
vino a la cabeza (supongo) la idea de disfrutarlo.
Ser
escritor es encantador, siempre se los digo a los quejones. Esto es
excepcional, estupendo, lírico, supremo. Lo es tanto que muchas veces me he
excusado de llegar tarde a algún sitio importante, porque de repente en la
ducha me encuentro en la arena pantanosa y me asalta una idea, brillante,
luminosa, suprema, jamás vista por mí, me hace creer que he conseguido la teoría
copernicana, me hace pensar que se me acercó a mi porque soy una especie de
iluminado y salgo raudo, todavía destilando agua a escribirla para no perder
tiempo o tal vez para evitar hundirme en el fango del olvido momentáneo que siempre
obliga la distracción.
Mi
novia me llama, se queja de mi silencio telefónico, casi me reclama, duda
seguramente de mi fidelidad, porque estaba pensando mientras caminaba por casi
dos horas. Tiempo suficiente para que una persona cometa alguna fechoría, pero
no, no es así, porque yo soy escritor y de acuerdo a Eddy Barrios, también soy
un bohemio, como si él fuera el Santo niño, no, no lo es, porque una persona
que toque la guitarra, cante y escriba como
él, tiene que ser un bandido, ¡no tiene opción! A menos que los escritores
estemos cambiando y yo no me haya enterado. Por supuesto, mis queridos
lectores, que todo lo anteriormente escrito es una chanza y probablemente de
mal gusto, pero decía a mi hermana María Eugenia, que pocas cosas externas
pueden afectarme, cuando vivo en una suerte de limbo para seguir viviendo esta
vida paralela de la invención. Mis años pasan sabroso, mis ideas los ocultan y
con frecuencia me creo un muchacho que puede hacer ejercicio como cuando tenía
treinta. ¿Saben qué?, si desean vivir la madurez con intensidad, sosiego, sabrosura
y contentura (palabras aprobadas por la R.A.E.), por favor escriban o aborden
cualquiera de las formas del arte y la creación. Si por el contrario, su idea
de la vida, es la trifulca, el conflicto, el hacerse millonario pronto, el
tener sesenta guardaespaldas en fin, en ser infeliz, llame a Diosdado Cabello,
que él le dará la fórmula mágica para que cumpla sus apetencias.
«It takes one to know one». Fuimos, somos y seremos bohemios. Luego te contaré mi canción «Vagabundo yo soy». Te enviaré la letra en mail.Gracias por el grato recuerdo.
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