Monday, November 28, 2016

SOCIEDAD SIN CERRADURAS


SOCIEDAD SIN CERRADURAS

            La azotea del edificio académico era mi resguardo. Allí subía con frecuencia, sextante en mano a ver el ábside planetario a calcular los puntos de máxima aproximación de los buques que podía ver desde allá con la rosa de maniobra, allí subía a jugar a ser un navegador de altura, a pensar, a visualizar a imaginar.

            Nuestro maestro de navegación, el inolvidable, exacto, disciplinado, inteligente y además ex director de la Escuela Naval, Almirante Domínguez, fue quien nos mostró el sitio en la mágica azotea, frente al Mar Caribe. Allí nos llevaba a tomar cálculos estelares, a preparar el cielo, a pensar como marinos.

            Éramos casi mil cadetes, comíamos en nuestro inmenso comedor donde en cada mesa había catorce personas, de manera que había unas setenta mesas atendidas cada una por un camarero. La comida  excelente, vigilada por un equipo de nutricionistas y la rutina era tan dura, que nadar dos mil metros en la piscina era una suerte de descanso.

            Lo más curioso y de lo cual mis superiores que a la sazón eran tan niños como yo, se jactaban, era que en la Escuela Naval de Venezuela no habían cerraduras porque allí no se perdía nada, el mentir era una falta grave, el mentir varias veces era motivo de expulsión. Yo viví allí y no es que no se perdía nada, en una comunidad de mil estudiantes de todos los estratos sociales, hay de todo, pero el sistema funcionaba excelentemente, eran encontrados, eran juzgados, castigados expulsados de la honorable y pequeña sociedad orgullosa de sus tradiciones, de su fuerza, de su futuro y más aun de su pasado.

            Los ladronzuelos pensaban varias veces antes de tomar un lápiz sin autorización de su dueño y mis profesores, queridos todos (hasta el Ingeniero Mateo Russo), eran preparadísimos, también sentían el orgullo de ensenarnos y de pertenecer a esa casa de estudio que desde mi punto de vista en materia de infraestructura era una obra de arte moderno, sin carteles de Chávez, sin consignas que no fuera la inteligencia.

            Presentamos examen de admisión unos mil quinientos, entiendo que calificamos trescientos cincuenta y nos graduamos unos sesenta a lo sumo. Quiero recordar que han pasado muchos años y a esta hora de la madrugada no voy a investigar números irrelevantes, lo que quiero ilustrarle, es que en Venezuela hacíamos bien las cosas, en la Armada mejor, nos sentíamos orgullosos de la exactitud, de la prudencia, del conocimiento científico, operativo, sistémico. Nos sentíamos más que orgullosos de no tener cerraduras, ¿Qué raro verdad?

            Era un buen ejemplo ese, el de la cerradura, porque nuestras mentes se acostumbraron a vivir con honestidad, a formarse cuidando solo la profundidad intelectual que nadie podía robar, porque allí no se perdía nada, ¡tiempo pasado!

            Las aguas volverán a su cauce, las sociedades son así, ciclotímicas y nuevamente, cuando amanezca, los marinos estarán en la azotea esperando la salida de las estrellas en la hora violeta de la que alguna vez escribí.


Bernardo Jurado es el autor de "La fragancia de la rebelion" y ocho libros mas, todos a la venta en Amazon y las mas prestigiosas librerias de Miami y del mundo.

13 comments:

  1. Hola estimado amigo, extraordinaria remembranza de aquellos mejores tiempos y dios quiera volvamos a cercarnos a ser parecidamente a esa micro-macro sociedad venezolana...sin cerraduras ni mentales ni fisicas, que quepamos todos y vivamos con la calidad a la que nos acostumbrò el sistema anterior y que desde ya casi dos decadas hechanos de menos y mucho y nos ha conducido a esta disgregacion sociofamiliar...cuidate mucho y que este bien, con tu anuencia voy a copiar y graduar este escrito...

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  2. Yo certificó esto. Me trajiste hermosos recuerdos. Creo que fuimos la primera o segunda promoción en 1970 o 1971 que el CA Dominguez García llevo a la azotea como oficial activo y Director de la ENV. Digno de recordar.

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  3. Sin desperdicio este texto, me recordó como unas 2 décadas mas adelante de su tiempo, aún mi promoción y todos los que estuvimos entre los años 1991 y 1996 contamos con la preparación del "Almirante" Dominguez, y fuimos testigos y guardianes celosos de todas las tradiciones que nuestra escuela guardó por muchos años, yo diría que hasta siglos de historias y en tan pocos años desaparecieron por el autoritarismo de unos pocos.. Siempre anhelo que vuelva a ser todo como era antes

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  4. Un Almirante director, muy socialista por cierto, perdonó a varios cadetes que habían sido capturados robando... De esa misma generación, recibí a un alférez de navío en el T-62 que desconocía totalmente como tomar una marcación relativa... Así son las cosas.

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  5. Excelente lagrimas sale y el nudo en la garganta de recordar que fui formado con esos principios y como dices las aguas volverán a su cause

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  6. Estimado Bernardo. Muy ciertas tus palabras. Comentaba en estos dias cob mi esposa aceca de los valores que se nos inculcaron en nuestros hogares y Escuelas Miltares y llegamos a la triste conclusion de que no son las Armas adecuadas para luchar con el enemigo al que hoy enfrenta niesyra querida Patria. Las capacidades del Eno , como se le llamaba en nuestros tiempos al enemigo , en materia de Mentir, odiar,traicionar,robar,destruir, engañar , ectc son INFINITAS Y CERTERAS. Poco hacen nuestro arsenal de Honestidad, honor, lealtad, profesionalismo, meritocracia en esta Guerra Asimetrica. Con razon el Comandante Supremo Galactico se reia con con profundo sarcasmo cuando se referia a los ya extintos Oficiales como nosotros. Se cumpilo su Frase :NO VOLVERAN .

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  7. Excelente Horathio. El dia y todos los dias comenzaban con la "Oracion del Cadete Naval"
    Padre todopoderoso Señor del mar y dominador de la tempestad, dame conciencia de tu acción en el universo, y en la vida humana hazme obediente a tu voluntad.
    Mantén en mi corazón la verdad para que mis propósitos y actos sean honestos y no tenga así de que avergonzarme en presencia de mis compañeros, mis seres queridos y de ti.
    Protege a los que amo; dame tu voluntad para realizar mis tareas íntegramente y satisfacer mis necesidades con fortaleza de espíritu y entusiasmo, hazme considerado hacia aquellos que dirigen mi formación y fiel a los deberes que la patria me ha encomendado.
    Que mi uniforme diariamente me recuerde las tradiciones de gloria y honor de la Armada de la cual yo formo parte.
    Si me asalta la duda sostén mi fe y en la tentación dame fortaleza para resistir.
    Si mi moral se deprime concédeme el valor y los medios para levantarla, guíame con la luz de tu verdad y que el ejemplo de Jesucristo me ayude a superarme.
    Amén.

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    1. Si, pero recuerda que tu ibas a la azotea del Académico a evadir rutina y a fumar. Cuanta las cosas como son....

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  8. Tuve al CA Dominguez de Director de la ENV y también el placer de estar entre sus alumnos cuando ya retirado nos honró siendo nuestro profesor. En esa azotea nos enseño, con su sapiencia y su linterna, los nombres, posiciones y utilidad de los astros. Saudade!!!

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  10. Excelente, compañero Bernardo. Gracias por traerme gratos recuerdos de esa honrosa formación que, en buena hora, recibimos de nuestra amada Escuela Naval de Venezuela. Un abrazo.

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  11. Estimado Bernardo, lo que cuentan tus palabras son la pura verdad. La galopante corrupción en nuestra amada Patria ha hecho que los principios y valores honrosos y correctos se hallan desgastado... más no olvidados! Afortunadamente, todavía existimos personas que vestimos esos valores y vivimos de acuerdo a esos principios sin importar qué tan inclemente esté la tempestad! El Navío que navegamos diariamente de acuerdo siempre a ellos, nos llevará una y otra vez a puerto seguro. A excepción de nuestro Dios Todopoderoso y de nuestro Mesías, nada más es eterno, los opresores caerán como bien lo afirma nuestro Himno Nacional y el bien nuevamente reemplazará al mal que agobia actualmente a nuestra querida Patria. Mantengamos nuestra luz de posición siempre en alto para que todos puedan verla y sean guiados nuevamente hacia el Deber Ser!

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