Tuesday, November 22, 2016

LAS BATALLAS DE LOS DEMÁS.


LAS BATALLAS DE LOS DEMÁS.

            Cada quien libra sus propias secretas batallas, sus propias arrogancias al tratar de disimularlas y posee también en secreto sus propios dolores y sufrimientos.

            Anoche me quitaba la franela, bajo el aire gélido de estos días, para sumergirme en el jacuzzi a la intemperie con una altísima temperatura de 107 grados Fahrenheit. Es uno amable, grande, donde se forman altruistas conversaciones de gente madura, vecinos amables entre los que podemos encontrar una pléyade de nacionalidades. Hablamos en inglés cuando ella es de Tokio, por ejemplo y en español con los brasileros, en spanglish con casi todos, pero anoche llegó ella, madura y bonita, se desvistió quedando en traje de baño y saludó con timidez, nos dio la espalda y nunca más habló por los próximos cuarenta largos minutos de risas y política, de negocios y letras, ella con su espalda nos decía que libraba una batalla que no podía compartir y yo la entiendo desde mis propias batallas.

            Esa famosa pareja que cuando estaban casados no perdían un segundo en darse un beso, un amapuche, un abrazo, frente a las cámaras en la alfombra roja y la verde también y de repente, ¡se divorcian!, él se casa con otra (venezolana por cierto), ella en el ínterin tiene dos parejas más jóvenes, cantan juntos y terminan besándose en público, allí hay una batalla inconclusa entre Marc y Jennifer López.

            Vamos al cura a contarle nuestras batallas y él nos escucha estoico, pareciera que está en paz, nos abraza su sabiduría ancestral heredada de su formación teológica y su monástico y santo estilo de vida, pero aseguro que él posee sus propias batallas, sus demonios que le atormentan como a todos.

            Yo no quisiera tener a dos sobrinos tan queridos, tan cercanos, tan familia, metidos en el vaporón terrible de enfrentar cadena perpetua en los Estados Unidos, cambiaría el poder por su libertad, a menos que el logro del poder haya sido una cruenta batalla, con mucho derramamiento de sangre, pero créanme, no imagino a una venerable dama como Carmen América (Menca) de Leoni en ese trance, como tampoco a la respetable Alicia Pietri de Caldera en algo similar, pero no hay dudas sobre la mala formación de la familia Presidencial, sus oscuridades, sus lienzos ahuecados que les hacen vivir en un ambiente lunar, por lo desértico de moral y solaz.

            No estoy a salvo, yo mismo tengo mis batallas pero ellas serán mías solo si las pierdo, porque si no, pasarán a engrosar los escalones que debo sortear para ganar esta guerra.

            “No es la longitud de la vida lo que importa, sino su profundidad. No se trata de prolongarla sino de vivirla más allá del tiempo y esto no lo conseguiremos, más que viviendo para el bien” EMERSON (filósofo norteamericano)

            En este régimen del mal, no tengan dudas que ellos pierden a diario sus propias batallas y si acaso fueran recordados será con sorna, burla, desprecio y algunos con odio.

            Desde Maduro hasta el último de sus seguidores (Si acaso hay alguno), son por decir lo menos, marionetas infelices, víctimas de su falta de formación ciudadana.

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