LAS
BATALLAS DE LOS DEMÁS.
Cada
quien libra sus propias secretas batallas, sus propias arrogancias al tratar de
disimularlas y posee también en secreto sus propios dolores y sufrimientos.
Anoche
me quitaba la franela, bajo el aire gélido de estos días, para sumergirme en el
jacuzzi a la intemperie con una altísima temperatura de 107 grados Fahrenheit.
Es uno amable, grande, donde se forman altruistas conversaciones de gente
madura, vecinos amables entre los que podemos encontrar una pléyade de
nacionalidades. Hablamos en inglés cuando ella es de Tokio, por ejemplo y en español
con los brasileros, en spanglish con casi todos, pero anoche llegó ella, madura
y bonita, se desvistió quedando en traje de baño y saludó con timidez, nos dio la
espalda y nunca más habló por los próximos cuarenta largos minutos de risas y política,
de negocios y letras, ella con su espalda nos decía que libraba una batalla que
no podía compartir y yo la entiendo desde mis propias batallas.
Esa
famosa pareja que cuando estaban casados no perdían un segundo en darse un
beso, un amapuche, un abrazo, frente a las cámaras en la alfombra roja y la
verde también y de repente, ¡se divorcian!, él se casa con otra (venezolana por
cierto), ella en el ínterin tiene dos parejas más jóvenes, cantan juntos y
terminan besándose en público, allí hay una batalla inconclusa entre Marc y Jennifer
López.
Vamos
al cura a contarle nuestras batallas y él nos escucha estoico, pareciera que
está en paz, nos abraza su sabiduría ancestral heredada de su formación teológica
y su monástico y santo estilo de vida, pero aseguro que él posee sus propias batallas,
sus demonios que le atormentan como a todos.
Yo
no quisiera tener a dos sobrinos tan queridos, tan cercanos, tan familia,
metidos en el vaporón terrible de enfrentar cadena perpetua en los Estados Unidos,
cambiaría el poder por su libertad, a menos que el logro del poder haya sido
una cruenta batalla, con mucho derramamiento de sangre, pero créanme, no
imagino a una venerable dama como Carmen América (Menca) de Leoni en ese
trance, como tampoco a la respetable Alicia Pietri de Caldera en algo similar,
pero no hay dudas sobre la mala formación de la familia Presidencial, sus
oscuridades, sus lienzos ahuecados que les hacen vivir en un ambiente lunar,
por lo desértico de moral y solaz.
No
estoy a salvo, yo mismo tengo mis batallas pero ellas serán mías solo si las
pierdo, porque si no, pasarán a engrosar los escalones que debo sortear para
ganar esta guerra.
“No
es la longitud de la vida lo que importa, sino su profundidad. No se trata de
prolongarla sino de vivirla más allá del tiempo y esto no lo conseguiremos, más
que viviendo para el bien” EMERSON (filósofo norteamericano)
En
este régimen del mal, no tengan dudas que ellos pierden a diario sus propias
batallas y si acaso fueran recordados será con sorna, burla, desprecio y
algunos con odio.
Desde
Maduro hasta el último de sus seguidores (Si acaso hay alguno), son por decir
lo menos, marionetas infelices, víctimas de su falta de formación ciudadana.
No comments:
Post a Comment