CONSEJOS
INSENSATOS
Llegué
con prudencia de tercero a la fila para pagar en la caja de la farmacia
Wallgreens donde siempre voy en Brickell y su sola proterva presencia llamó mi atención
notoriamente: una gorra mal puesta hacia atrás, de esas que usan los raperos,
unos shorts como de jugador de basquetbol, que no parecían de él por lo grande
que le quedaban, una camiseta sin mangas donde se podían observar los tatuajes
mal hechos, o tal vez hechos por un inexperto, en fin, una barba rala de varios
días que le daba un aspecto de desaseo y absoluto descuido.
Pude
observar como con cara de pendejo se iba colando por el lado derecho muy
cercano a la caja registradora, para pagar algo que tenía en las manos, pero por
supuesto quería hacerlo primero que yo colándoseme.
El
cajero se dió cuenta de la irregular situación, busqué su mirada hasta que con
la suya, me dejó saber que tenía el control del tonto vivo.
Ya
detrás de mí tenía a otras tres personas y decidí que era mi momento, pregunté
a viva voz: ¿no es Usted quien me asaltó anoche en Brickell Avenue?, si, se
parece, trajo el cuchillo que me mostró y con el cual me amenazó? ¡Creo que deberíamos
llamar a la POLICÍA!
La
cara del incauto violador de la cola era de terror, por supuesto el cajero que
ya estaba claro me pregunta también en viva voz: ¿está Usted seguro de que es
el ladrón?, porque si es así llamo inmediatamente.
El
joven disfrazado de rapero tonto, logró articular palabra, para decirnos con
vos temblorosa: “yo no soy señor, yo soy de Centroamérica y llegué apenas hace
tres días, señor”
La
viveza en nuestros países es premiada, es aplaudida y querida y hasta me temo
que idolatrada. Cuántas veces hemos escuchado: “es que a mí no me jode nadie”, “yo
no hago colas”, “la ley ha sido hecha para violarla” o peor aún “autoridad que
no abusa se desprestigia”
Llegó
el momento estelar, donde todos estaban como piedras, expectantes, más de uno
ya tenía su teléfono a la mano para marcar 911 ante cualquier desenlace y por
supuesto le ordené: ¡mira muchacho estúpido, pasa al final de la cola!
Los
procesos educativos nos dan entre otras cosas templanza, honestidad e integridad,
este joven mal acostumbrado no solamente es un ignorante detestable, sino que
tampoco es honesto y mucho menos íntegro al dejarse colar con cara de tonto a
ver si le permiten acceder primero que las respetables personas que creemos en
el sistema y que como es evidente lo hacemos respetar.
La
viveza, llamada criolla, es sin lugar a dudas, el ancla al subdesarrollo.
Jr,,,sin duda, Caribeño....pero admiro y felicito tu valor ....
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