¿TU ERES CHAVISTA?

 ¿TU ERES CHAVISTA?

            He leído la columna del periodista Daniel Shoer Roth, sobre la actitud de sobrados de los venezolanos recién llegados a estas tierras. Lo mismo se deja escuchar desde Panamá, donde la emergente sociedad venida de las letrinas de la revolución y del dinero saqueado, desea a toda costa ser reconocido.

            Solamente maltrata quien lo ha sido, independientemente que habrán, maltratadores de oficio. Resiente quien avala la envidia y se iguala quien no posee la verdadera educación para entender que la única aristocracia es la del intelecto.

 

            ¡No esperes a que cumpla las reglas, porque yo soy venezolana! Así lo escribe Daniel en referencia a una recién llegada junto a su fortuna mal habida a una ciudad llamada Aventura, la noreste de la península, que no entiende que aquí hay reglas de convivencia y que si no las cumple, si no baja el volumen de su música, si no se viste o mejor aún si se viste como una meretriz y sale a las áreas comunes, seguramente no estaremos interesados en que nuestros niños le vean esa puntica de sus nalgas que ensena al descuido con los minúsculos pantaloncillos y que le encantan al barrigón, o tal vez esa salida intempestiva a botar la basura con su transparente pijama que pone en guardia a las verdaderas señoras de la comunidad, que ya estaban allí cuando Usted, venezolana, llego para perturbar y yo lo creo, porque lo he visto. Vienen del país de la trampa y el narcotráfico, del lavado y la querida, del negocio fácil trabajado en el bar y de la ingesta sin medida, de las tetas y la cirugía, del Gucci de mentira y luego vienen a Miami y se enfrentan con la ley que nunca quieren cumplir. Se enfrentan con la autoridad que forma parte de un poder independiente y que nada tiene que ver con su carnet o su recientemente obtenido abolengo revolucionario.

 

            No se preocupen….!nada se ha perdido! Ellos deberán indefectiblemente dejar aquí sus capitales, porque todos los capitales se gastan, cuando no se reproducen (hasta los más grandes), ellos advierten a esta comunidad, la hacen holística y divertida, como quien mira a los monos en el zoológico de Miami, pero sueltos en el inmenso Mall y con frecuencia maltratan y exigen lo que no están dispuestos a dar.

            El lenguaje marca la conducta, hablan duro, golpeado, anteponiendo como si de un prefijo se tratara la palabra “marico” y yo no entiendo como es aceptada la absurda repetición de la vulgaridad con pasmosa normalidad.

            No se preocupen, este sistema es infalible para quitar las fortunas a esos que no entienden que los servicios se pagan, se trabajan y se disfrutan… ¡en ese orden!, mientras tanto, cuando se consiga por estas calles a unos de los primates o primatas, pregúntele: ¿y tú eres chavista?