CHUO Y LOS MISERABLES

¿Se han preguntado porque los militares aún no han dado un golpe de Estado al inefable Nicolás Maduro? Ellos han sacado sus cuentas y el PRECIO de hacerlo sobrepasa exponencialmente el VALOR de hacerlo. Ponen la sangre, sus carreras, sus muertos y luego los miserables los acusan de falta de legitimidad de origen y exigen como siempre que le entreguen el control de la fiesta, después de que otro le recogió los vidrios que otros miserables rompieron. Todos hemos sido miserables y me incluyo como debe incluirse Usted, todos hemos salido con otras damas, hemos mentido con más frecuencia de la que manda la prudencia y las buenas costumbres, nos hemos emborrachado, pero el ejercicio de la miseria tiene colores y degrade por cuanto no podemos comparar el nivel infantil de miserable que acabo de ilustrar con el nivel de descredito, lisonja y traición de Francisco Arias Cárdenas, por ejemplo, de manera que existen toda una fauna de miserables en la sociedad venezolana a la que pertenecemos todos. Individuos de Miami con sus respectivas gorras opositoras que le camuflan, damas de sociedad en Caracas, que marchan cual Olimpia por kilómetros y por años en una gran fiesta y que hasta han llorado de emoción cuando aparece una cámara de Televen o Venevisión o mejor aún, cuando son filmadas por el celular de otro opositor porque “esa es la Venezuela que todos queremos” ( ¿lo han escuchado verdad?) y luego ven el patriótico video en una suerte de sarao conspirativo, y hablan del Baby Shower de la hija de la otra, de la merienda con las salesianas, el vestido de la Kardashian y el nuevo culo que se puso, mientras alimentan el resentimiento de la señora de servicio a quien le paga una miseria, por aquello de que está prohibida la esclavitud y a quien se le exige que nunca se sepa de los negocios del marido con el Gobierno y de que Diosdado siempre viene en horas nocturnas a pedir consejos a su inteligente esposo. Chuo Torrealba es un comunicador venezolano, cuyos orígenes son de izquierda y que ha hecho un buen papel desde su tribuna televisiva que se llamaba “Radar de los Barrios” y ha recibido el mando de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que con inaudita frecuencia se ha comportado con muy poca democracia. Esa organización, como contrapeso interesante para las contiendas electorales, ocupó el espacio que se esperaba de ella, hasta que perdió el rumbo y esperando ser más democrática de lo normal, se sentó con el gobierno y le legitimó. Le veíamos en un incendiario y patriótico discurso convocando a la calle mientras los miserables expertos negociadores de las dignidades le aplaudían esperando como siempre que Chuo o el líder de turno, le meta el pecho a las balas, para poder ellos, recoger en paz y bajo la oscuridad, los despojos miserables que les han alimentado por décadas jugando a la política en la maltratada Venezuela. ¡Bienvenido Chuo, a la MUD!