La buena radio y los buenos libros se hermanan cuando, gracias características y cualidades de realización, tiene la facultad de provocar un viaje en quien escucha o quien lee… Cuando la trama es capaz de llevarte con ella y sumergirte en ese mundo creado a escala real por la amalgama de tus sentidos y de lo escrito; un mundo y un tiempo en este caso; pues, tiempo se necesita para navegar, en un velero (el Blue Book) desde Miami hasta llegar a los Bajos de Matarrilla Reef, al occidente de Little Bahamas Bank Nassau; allá, en lo que antes se llamó Islas Lucayas y Charles Town, con el fin teórico y primario de encontrar un navío colonial lleno de oro y maravillas, todo perdido a mitad de los 1600 (el Galeón Español Nuestra Señora de las Maravillas)… Digo fin teórico y primario porque simplemente la búsqueda luego termina trascendiendo el plano material, para dar con los hallazgos profundos en lo humano-personal .
El protagonista despliega profundo dominio de la navegación, bañado de múltiples citas históricas que a quien lee, no le queda de otra que ser a veces un grumete casi aprendiz, a veces un pasajero comprometido y además, con el aroma del salitre casi verdadero; todo esto al punto que ya al final de la aventura, el comandante de Blue Book, en la búsqueda de los tesoros sumergidos, va al encuentro de sus propios tesoros al interno de su misma y personal condición humana… Y yo diría, es más cuantitativo lo que descubre de sí mismo, que lo que descubre del naufragio en cuestión.
Paralelo 27, me deja con la misma sensación que dejó la primera vez que vi “Interstellar” es decir: Hay cosas por descubrir; a tal efecto, opino que Paralelo 27 es una novela que tiene que ser releída, pues, te exige, tomar aire para bajar de nuevo en inmersión y volver a descubrir algo más… Una sola inmersión no alcanza para encontrar y encontrarse en los fondales, así sobre el oxígeno en los pulmones.
Agradezco al capitán del Blue Book por proponer este viaje.
Hoy finalmente he tenido el
privilegio y la suerte de leer la nueva obra literaria de mi querido amigo, el
escritor Bernardo Jurado titulada *Latitud 27*.
Escribo esta reseña como un
homenaje, no al tesoro escondido en su lectura que me pudo transportar a ese
mundo apasionante donde pasamos gran parte de nuestras vidas, el mar, o la mar
como la refieren muchos de los poetas españoles, sino porque en ella convergen
varias razones de mucho peso. La trama del hombre de mar apasionado por lo que
hace a bordo, la ambición desmedida de los hombres que pretenden apoderarse de lo
que no les pertenece, y la dedicación de otros muchos que sacrifican sus vidas
y su familia por ese asunto que muchos hasta no lo entienden como es “la gran
satisfacción del deber cumplido” que afortunadamente, siempre está presente en
aquellos hombres de mar que defienden la ley y la autoridad con honor y
pundonor.
Por ello la inesperada sorpresa que
Bernardo nos reserva ya en el final de esta divertida obra como colofón de todo
su esfuerzo por sacar a flote esta leyenda que nos permite soñar con la
realidad de su existencia.
Una primera razón sin lugar a dudas
es ese paseo tonificante sobre la historia marítima de la conquista de América
y sus apasionantes leyendas sobre piratas, corsarios, bravíos timoneles y
grandes capitanes y, un tempestuoso mar que también en nuestras épocas modernas
nos ha tocado enfrentar con modernas unidades de acero que aúna pesar de toda su modernidad tecnológica y
capacidad de análisis meteo marino, siempre nos “calzaron” la verdadera
dimensión de lo pequeño que somos ante la mar embravecida. Entonces, ese paseo
histórico nos lleva a considerar la vida de los hombres de mar de esa época.
Luego tenemos en segundo lugar otra razón apasionante y es que el prólogo está
escrito por un muy querido amigo y hermano del mar y de tantas otras vivencias
terrenales como es Eddy Barrios a quien, afortunadamente, la historia lo ha
colocado en el puesto que siempre ha merecido y a quien admiro como compañero
de armas y hombre de mar.
La razón más importante por
supuesto es la narrativa de esta novela que sin convertirse en monótona o
pesada nos lleva a navegar y a “velerear” por las azules aguas del Océano
Atlántico, disfrutando en todo momento del acompañamiento de términos y
vicisitudes que nos retrotraen continuamente a la evocación sublime de nuestro
vivir marinero. Pero en paralelo asoma la sublime dedicatoria a los marineros
en general y a los oficiales de marina de su propia familia pues ello nos lleva
a recordar a esos caballeros del mar que pudimos conocer en persona y con
quienes tuvimos el privilegio y el honor de trabajar.
¡¡¡¡¡Bravo Zulú Bernardo!!!!!!.
Has logrado una obra cónsona con
tus quilates de gran escritor y por ello me siento altamente complacido y
además, me siento muy orgulloso de poder escribir esta reseña para reconocer tu
valía como persona, como escritor, como profesional, pero por encima de todo
como amigo y para motivarte a seguir transitando la exigente senda de la
escritura para deleite de tus lectores y de quienes te conocemos y sabemos de
tu acendrado valor intelectual.
Un gran abrazo y mis respetos para tu querida
esposa Doris.
Yo dije que estaba aterrado, por
aquello del drama que siempre gusta, pero no, lo que estaba era expectante. El salón
de las escritoras latinoamericanas, todas mujeres, eso es un problema, porque no
hay nada mas peligroso que una mujer inteligente y que de paso escriba.
Fui a apoyar a nuestra amiga Isbelia
Belloso, quien participó en la Feria Internacional del libro de Miami con
nosotros, ella presentaría sus tres obras en una conferencia y en el carro me volvía
a preguntar: ¿Qué voy a hacer yo allá?, un salón de mujeres escritoras, que difícil.
Por teléfono había hablado con mi
buena y consecuente amiga Felicia de Marín, ‘’ve tranquilo, estás invitado’’ y
yo esperaba que me dijera que era solo por invitación y para mujeres y que yo
no calificaba para ello, pero no, la respuesta fue muy receptiva.
Al llegar estaba la famosa Fefi
Toll, la regente, la comandante, la de la idea, la directora, quien con dulzura
me reclamó que nunca había ido y me sentí por tercera vez satisfecho y comenzó el
acto.
Son unas tramposas, hacen sentir
bien a la gente y lo hacen con suprema habilidad. Felicia abrió sus palabras
agradeciendo mi presencia y se desbordo en bondades, mientras las otras me
miraban y yo me dije, estoy a salvo nadie me conoce, por sus caras, pero fue la
cuarta satisfacción, lo confieso, mi ego se esponjó, se hinchó. Isbelia hizo lo
suyo muy bien y luego tomó la palabra Enriqueta para hablar de dos insignes, descollantes
escritores venezolanos: Teresa de la Parra y Rómulo Gallegos.
Palabras más, otros intervinientes
que salpimentaron la reunión y pude ver mi reloj para darme cuenta, sorprendido,
que eran las doce del mediodía, de forma que tenía dos horas allí, divirtiéndome.
Yo lo sabía, Fefi se vengaría, se le
notaba la maldad en sus ojos amables y me comprometió en público para hablar y
mi dulce Fefi desconocía que yo he terminado varias fiestas a pedradas y ya me había
preguntado: ¿si me piden que hable, que diría? Y así sucedió, otro ataque de satisfacción.
Este título ‘’Sobredosis de satisfacción’’
es de Salvador Dalí Doménech, quien aseguró lo siguiente: ‘’A veces creo que
moriré con una sobredosis de satisfacción’’ y así me hicieron sentir las
amables escritoras de SEL, quienes cumplen dos años reuniéndose. Imagínense que la satisfacción era tal, que se me olvidó invitarlas al brindis de presentación de mi novela Latitud 27 y
ahora lo hago formalmente por este medio:
el 22 de mayo del 2025, a las seis de la tarde, daremos un glamuroso brindis
para celebrar la publicación de mi novela, yo espero que asistan todas, todas
son mis invitadas especiales, será en el impecable y famoso restaurant Il Forno
en el 9350 NW 25 St de Doral 33172. El estacionamiento es gratis,
la copa de vino es gratis y las sonrisas, también.
Gracias queridas escritoras por
haberme suministrado esa sobredosis de satisfacción al tener el placer de
conocerlas.
En 2019 mi
aprendizaje literario dio un giro muy favorable, mi admirado colega y amigo
Bernardo Jurado, me llamó para ofrecerme ser corrector de pruebas de su editorial.
Este
fue el zarpe a un mar océano muy amplio en el cual mi novel velero enfiló su quilla
dispuesta, aunque temeroso.
A
lo largo de éstos 6 años he aprendido a seguir sus aguas, a navegar las
procelosas olas de la ortotipografía y - al seguir su estela - una nueva
habilidad surgió, la del "escritor fantasma" o ghostwriter.
Hace
unos meses me habló de su más reciente obra y me "enganchó" al
dejarme leer lo que, hasta ese momento había escrito. Lo consideré un
privilegio inmerecido y confieso que me sentí orgulloso de su confesión y más
aún de esa concesión y confianza inusitada, a mi juicio entonces, inmerecida.
Como
sabrán, Bernardo es mi colega, hijo de nuestro superior, el CN Bernardo Jurado
Toro, eximio escritor y poeta y maravilloso orador, de unos 58 libros
publicados, libros de nuestra profesión y de literatura universal. Un personaje
que ya está en la historia naval de Venezuela.
Pues
bien, haciendo honor al dicho "lo que se hereda no se hurta",
Bernardo Jr. no le perdió un trazo a su padre y no sólo ha emulado a Don
Bernardo Sr., sino que en algún momento y lugar pudiera no superarlo sino
hacerlo sentir más que alegre, como debe estar observándolo con genuino y
justificado orgullo filial desde el cielo de los poetas.
El
escrito que me envió, con el encargo de no corregirlo sino de leerlo, se
transformó en un delicado como exigente compromiso moral autoimpuesto.
De
inmediato me sumergí en sus letras, a ratos técnicas en un área conocida para
ambos, como es la navegación de altura, a otros ratos poéticas, con su toque de
fina sensualidad, en toda su trama con misterio, el de la vida de los
navegantes del Caribe y sus trampas, con citas muy adecuadas de libros leídos
por él, referidos en el punto exacto y con una precisión de relojero a cada
momento de sus singladuras y así, entre mi envidia de verlo navegar en
solitario en su velero Blue Book, me vi llevado por él de pasajero, por los
mares de su fecunda imaginación transformadora de un evento real en una novela
ficticia en la cual uno no logra precisar qué es lo real de lo imaginado. Todo
ello en una prosa poética como la de su padre , con la cual coquetea con las
mareas y las brisas del rosario insular de Las Bahamas, en su aventura de
encontrar un tesoro de un navío antiguo, de cuando la ambición del navegante
acudiera al llamado de la bulla aurífera de un dorado prometido, de aquellos
ambiciosos piratas, filibusteros o corsarios que no se atrevieron a la valiente
empresa originaria colombina , pero sí se arriesgaron a buscar su tajada del
pastel caribeño cuando el descubrimiento del camino de las indias occidentales
fue señalado por el grande almirante de la mar océano.
Como
ya es mi costumbre y Bernardo generoso me reconoce como crítico literario, que
no me considero, escribí una sinopsis de su obra, sin ninguna pretensión, sino
admirado, una vez más, de la belleza de sus letras, de su ingenio.
Así
fue como surgió su travesura de colocarme de prologuista de una obra tan
magistral y bellamente escrita que hasta el que carga los bultos en Amazon.com
puede sentirse orgulloso.
Gracias
Bernardo por haberme incluido en tu obra y por favor, espero la invitación a
compartir lo encontrado en latitud 27 y longitud solo conocida por ti y el
audaz capitán del Blue Book.
CN Eddy Dario
Barrios Orozco
Corrector de
pruebas y ghostwriter de Jurado Grupo Editorial, Miami, USA.
Llegamos al cumpleaños de mi amigo
Stambul y le regalamos una saga de tres obras de uno de nuestros escritores,
porque los libreros regalamos libros y punto.
Me presentó a todos en la mesa y
dijo: -él es escritor y escribe muy bien. Por supuesto, lo dijo porque escribí
sobre él y me pagó por ello, porque yo no escribo sin cobrar, soy lo que se
pudiera definir como un mercenario de las letras.
Jesús, una persona que conocí allí y
que tenía pocos días de haber llegado de Venezuela, amable junto a su esposa,
me preguntó como si fuera un astronauta con experiencia en el espacio sideral: -
¿realmente eres escritor?
-Si por supuesto y ella (mi esposa) también.
-Me gustaría ser escritor, me dijo.
No lo creo, pensé, porque las buenas
intenciones no preñan.
Y allí vino la saeta, esa que le hacía
pensar en el negocio mas que en la vocación, - ¿y puedes vivir de escribir?
-Depende a que te refieras, porque
no es lo mismo vivir de escribir que el vivir para escribir.
-Como me dices que quieres ser
escritor, te pregunto: ¿Qué estás leyendo ahora mismo?
Stambul se levantó y no sé para qué
me trajo un hacha envuelta impecablemente en cuero y me acordé de Danton Y Robespierre.
Cabe la posibilidad de que fuera para usarla en contra de Jesús o para que me
cortara parte de mi lengua.
- ¿Te gusta?
-Si, muy bonita.
- ¿La quieres?
-No gracias, ¿qué haría un escritor
con un hacha?
-En Venezuela sería ya imposible
vivir de la escritura en estos tiempos-dijo Jesús.
-En cualquier parte sería imposible
vivir de la escritura si lo tomas como un trabajo alimenticio. La escritura es
algo vital, una indetenible pulsión que sobrepasa la disciplina- las flores
sembradas por Andrés Bello, fueron diezmadas por los cascos de los caballos de
los hunos de Atila y la cultura fue pasada bajo las horcas caudinas del general
Poncio Erenio.
Silencio, casi luto. Creo que no me entendió.
- ¿Me van a dar otro licor o me
tengo que ir a otro bar?
El hacha continuaba vigilante sobre
la mesa, no se para que ni por qué.
Stambul cumplió años, estoy al menos
nombrándolo en este escrito toda vez que pagó con moneda escocesa que me traje
dentro con soda y hielo, siempre me paga de esa forma, creo que para lavar
dinero o lavarme el estómago. Jesús se fue con dudas y yo sin el hacha todavía me
pregunto sobre las intenciones de Stambul.
No se vive de la escritura, mis
queridos lectores, se vive para escribir y muchas horas, muchos días, muchas
veces.
Ha salido mi más reciente obra,
titulada ‘’Latitud 27’’ y siento exactamente la misma sensación de la primera
hace diez hijos atrás. Es este un honorable oficio que llena el corazón,
alimenta la psiquis y también el ego, mientras me sigo preguntando: ¿para qué
me regalaría un hacha?, ¿sería una amenaza velada o tal vez parte del pago de
este escrito por su cumpleaños?
El
presidente de la Universidad de Harvard, de nombre James Conant, aseguró algo, que,
si lo pensamos bien, si hacemos memoria mas allá de la profesión o el oficio
que usted lleve a cabo, puede tener razón y allí voy: "Cada profesión
honesta, posee su aristocracia, basada en el intelecto o el desempeño".
Recuerdo
que alguna vez, hablando con mi padre sobre las monarquías y aristocracias
francesas, me dijo algo similar: "la única aristocracia que existe es
la del intelecto"
En
estos tiempos, la inteligencia se impone, porque estamos en el mejor momento
para profundizar y aprender con rapidez, para producir más dinero, para
envejecer con dignidad, para prolongar nuestra vida sexual, para nutrirnos con ángulos
intelectuales insospechados apenas unos pocos años atrás, de forma que allí le
van algunos pensamientos importantes al respecto:
‘’Se
mide la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbres que es
capaz de soportar’’ (Immanuel Kant)
‘’Un hombre
sabio se buscará más oportunidades de las que se le presentan’’ (Francis Bacon)
‘’Las
inteligencias poco capaces se interesan en lo extraordinario; las inteligencias
poderosas, en las cosas ordinarias’’ (Víctor Hugo)
‘’El tiempo
es el único capital de las personas que no tienen más que su inteligencia por
fortuna’’ (Honoré de Balzac)
En casa recibimos al muy famoso, talentoso
y simpático escultor Carlos Medina y su señora Myrna, también recibimos a un
verdadero príncipe de una monarquía caribeña y a su esposa Andreina, también de
la realeza, pero de una comarca vecina y nosotros, mi Doris y yo.
Debo aclarar que cuando digo mi
Doris, es porque el amor requiere posesión, no es porque sea un abusador, pero
es que yo también soy suyo.
El hecho fue que viviendo Medina en
París y el príncipe en Ave María, cualquiera hubiese optado por un vino tinto o
un champagne, pero no, decidieron salvar al mundo como lo harían los británicos,
con escocés y así lo hicimos y con furor.
La conversación no tenía cortes comerciales.
Imagínense que yo estaba callado escuchándolos, era nutritivo hacerlo. Un par
de personas tan vividas, tan cultas, tan chistosos a la vez, tan amables y de
formas de suprema educación. Mi Doris y yo estamos todavía encantados de tanta
cultura y sapiencia.
Yo cocinaba, realmente primero los
embriagaba. Servía tragos y mas tragos y la conversación cada vez era mas
interesante. Fuimos a la mesa, ya impecablemente puesta por Doris y con ese
detalle tan diplomático y lleno de finura. Todos estábamos enamorados de la
velada.
Antes de pasar a la mesa tomé
asiento entre ellos y Doris me dice algo que dijo la muy famosa y talentosa
Gertrude Stein 1874-1946, quien fue una escritora estadounidense que vivía en
París como Medina y donde se relacionó con importantes escritores como Scott
Fitzgerald, Ezra Pound y hasta el propio Hemingway, también Picasso y Salvador Dalí
Domenech y quien los orientó en sus quehaceres literarios y artísticos.
La casa de Gertrude, como es el caso
de mi bendita casa, era visitada por esos genios y al menos Hemingway no
publicaba nada sin la aprobación de ella.
Pues
bien, Doris, mi Doris, me dice: ‘’Esta parece la casa de Gertrude, me encantan
estas tertulias tan nutritivas y a la vez llenas del ángulo correcto de la vida’’
He recibido a posteriori, la obra,
me refiero al libro de Carlos Medina, con una encuadernación de lujo, con fotografías
de altísima calidad, con un texto en español y francés y con el testimonio de
la historia de un trabajador de la cultura, de un cultor del buen gusto y de
inteligencia superior.
Gracias
queridos amigos, que privilegiados somos por vuestra visita.
Todo
lo que paso a contar, ha sucedido con mayores o menores detalles, pero
garantizo que ha sucedido.
Usted
ese domingo tratando de exponenciar su inmensa cualidad de gentilezas, de
detalles y caballerosidad puede preguntarle a su novia, ya cuando ha pasado la
hora meridiana hace más tiempo de lo que su maltrecho estómago puede entender,
ya cuando su reloj se acerca moribundo a las dos de la tarde, ya cuando el
ayuno se ha convertido en una tortura: ¿mi amor tienes hambre?
Como
podría esperar un hombre, la respuesta posee un código binario elemental: si o
no, pero ellas, que no son de Venus si no de jueves, podría contestar fácilmente
ante la pregunta: -yo desayuné a las 10- y volvemos a preguntar, con dulzura:
-pero no me contestaste si tienes hambre y ella podría contestar con cierta
agresividad: - ya te dije que desayuné a las 10.
En
este bendito negocio que disfruto y del cual vivo, cuando la bisagra se les
tranca a nuestros socios con alguna fémina, sobre todo en materia del arte de
las portadas de los libros, todos sin excepción, de manera nada democrática,
con maldad suprema, dicen: Bernardo que hable con ella y yo hago muy bien ese
trabajo un poco antipático: ¿cuéntame cómo quieres tu portada? y ella responde
como en el desayuno: -la quiero con colores brillantes.
-Entonces te pondré
la bandera gay, allí están todos los colores.
La
cliente se molesta y arguye ante su incapacidad para describir lo que no sabe,
que yo la entiendo, si, dice: -tú me entiendes, yo sé que me entiendes.
Yo
admiro mucho a los peluqueros, de hecho como un gran ejercicio de voluntad, de sabiduría,
de sapiencia y de paciencia, mucho mayor a la de los lamas tibetanos, vaya con
su esposa a la peluquería, abra su libro de turno y haga que lee, pero no lea,
escuche y mire por encima del libro y podrá descubrir lo siguiente: La gorda desaliñada,
de pelo crespo, reseco y descuidado de años de maltrato y pinturas baratas
llenas de químicos, espera milagros.
Charly,
el peluquero, le pregunta: - Maigualida, que quieres que te haga y Maigualida
sin pena ninguna, sin pudor, sin vergüenza ante el arte y el trabajo de Charly
le dice: -Ponme bella que tengo un matrimonio hoy.
Dios,
son unos magos y Maigualida, sale igual de gorda y ordinaria, pero contenta y
persuadida de estar bella y vuelvo otra vez: ¿es esto aprendido o es genético.
Si
tiene usted la mala suerte de conseguirse a una que aprendió la palabra
empoderada, mejor huya despavorido. Si consiguió a otra que descubrió en su
instagram algo que llaman patriarcado, le sugiero que corra y a la vez llame a
la policía, pero si se topa con una feminista, entréguese que está rodeado
Si,
el libro de John Gray, "Los hombres son de Marte y las mujeres de
Venus", se ha quedado corto, desde mi punto de vista, no obstante, ya lo había
dicho Lord Byron: "Las mujeres no fueron hechas para ser entendidas, sino
para amarlas"
Estoy absolutamente seguro que usted,
si acaso estudio economía o alguna carrera lindante, como contaduría o administración,
mercadeo o finanzas, conoció a ese profesor que le enseñaba con denuedo y pasión,
con vocación y sabiduría el manejo del dinero que él no tenía en sus propias
cuentas y ¿sabe porque lo sé?, porque si lo hubiese tenido no tendría tiempo
que perder, estudiando los índices bursátiles, chequeando las tendencias, los
futuros, los ETF y demás cosas en vez de lidiar con jóvenes llenos de hormonas que
no pensaban en la materia sino donde tener sexo.
Woody Allen escribió que ‘’el
dinero es mejor que la pobreza, aunque solo sea por razones financieras’’ y
entonces entramos en aquello de si el dinero da la felicidad, pamplinas, claro
que la da o al menos es mejor ser infeliz con dinero que infeliz pobre, ¿no
creen?, por favor nada tiene que ver una cosa con la otra, es como si le
preguntaran: ¿Qué prefiere, las piernas o los brazos?, yo prefiero los dos
igual que prefiero ser feliz y tener dinero.
El abnegado profesor lo sabía todo, tenía
toda la información del manejo y la producción de los capitales, además sabía
la historia de la revolución industrial, las maneras en que Henry Ford creció, Rockefeller,
los Rothschild y demás multimillonarios que movieron al mundo del momento, la
historia de las grandes compañías de los países industrializados, también sabía
como se mueven las cosas, si, desde el pupitre parecía que lo sabía todo acerca
del dinero porque tenía la información o al menos lo parecía, me temo que tenía
tanta información que un buen porcentaje no servía para mucho que no fuera su
ego como gran maestro erudito.
Como alguna vez te enseñaron, la información
no es poder a menos que tomes una acción, porque si no tomas acción, nada pasa,
todo se convierte en una improductiva, vacua, huelga, histórica e impráctica clase
que se perderá en algún intersticio de tu frágil memoria, en cambio, si tomas
una acción, si te equivocas y lo vuelves a hacer pero con un ángulo diferente y
también sale mal y una tercera vez, estás aumentando tu rata de fallas y por
ende de acuerdo con la ley de la probabilidades, te acercas al éxito.
No tiene sentido seguir escribiendo
al respecto. Debes tomar la maleta de conocimiento que tienes y ponerla en práctica
o deja de leer y declárate pobre.
Como inferirás, no puede ser lo
mismo vender tu Ferrari en Burundi que en Miami, la geografía es otra de las
acciones que debes tomar para aplicar la información de la que hiciste, pero
incluye en tu ecuación algo en lo que no te puedo ayudar: no tomar decisiones también
es una decisión.
Ponle atención a la información,
estudia, luego agrégale tu energía junto con las ideas, toma la acción que sea
necesaria y tendrás mejores resultados que el muy informado profesor que nunca
tomó acción, luego contrátalo a él, le pagas un sueldo y será un excelente y
eficiente empleado tuyo.
Llegamos al
sitio y saludé con amabilidad a unas cinco señoras que estaban sentadas en la
mesa más cercana a donde mi esposa daría su conferencia sobre nefrología, que es
su especialidad médica, hablaría también sobre su excelente obra titulada: "De
mi riñón aprendí" y aunque ella no ejerce la medicina aquí, pues, es
totalmente lógico, que luego de tantos años ejerciendo esa difícil especialidad
con rotundo éxito, una reunión de adultos mayores esté interesados en
escucharla.
La muy grata coordinadora de la actividad
del Miami Dade College, la profesora Marilyn del Orbe, la presentó frente a unas cuarenta personas, con honorable
virtud. Los aplausos le dieron la bienvenida a la Dra. Doris López Jurado. Yo di
gracias de que era el más joven, porque confieso que estaba bella, y me daría muchos
celos que la competencia la mirara con mis ojos llenos de lujuria, su impecable
cabello blanco contrastaba con la roja montura de sus anteojos que le dan ese
dejo de intelectual que me cautiva.
Esas cosas que se sienten, volteé a
ver y estaba una venerable señora mirándome con ojos un poco libidinosos y su
cara de interrogante la leí inmediatamente: ¿Quién será este joven que no es
del grupo?, sí, porque con mis más de seis décadas, era joven en el encantador
grupo.
Doris pasó con maestría a "Los siete
pecados capitales" que, por ignorancia, por flojera, por lenidad o descuido,
cometemos contra nuestros riñones, también tocó el síndrome cardiorenal, la
ingesta de agua y en ese momento la señora de al lado, con acento colombiano,
me dice:
- ¿Y usted quién es? -Y yo en baja voz señalé a Doris: - el esposo
de ella.
- ¿Y usted solo toma agua, como dice
la doctora?
-Si, solo agua, pero le pongo whisky.
Doris continuaba su cátedra que tenía
a todo el público cautivado, todos preparaban el arsenal de preguntas desde sus
propios diagnósticos seguramente. Habló del capítulo "Franqueza Cruel" como
aquella canción que interpretaba el ya desaparecido Cheo Feliciano y que trata
una de las cosas más importantes para los efectos de la hombría, me refiero a
los problemas de erección. Allí sentí la mirada de mi vecina, la colombiana
quien me sonreía con picardía, no sé si por lo de la erección o lo del whisky.
Al abrir el periodo de preguntas, mi
Doris se lució y yo quería que todos supieran que yo era el esposo de ella. Una
elegante señora, antes de su pregunta le elogiò por su cabello a lo que yo
agregué con maldad: "yo soy quién se lo seca" y ya nadie tenía dudas que la
doctora había venido con su peluquero.
Miami Dade College nos atendió estupendamente, Marilyn del Orbe nos honró con esa formidable invitación para ayudar, mi Doris
se creció frente a un público culto y encantador y yo sentado entre las señoras
que pensaban que era el peluquero, tan solo, antes de retirarnos y para
eliminar toda duda, dije: "Yo soy el esposo de ella" y no sé porqué todas se
rieron.
Sin
temor a equivocarme creo que todos nosotros hemos acariciado la posibilidad de
poseer una máquina que nos permita Viajar en el tiempo y yo he logrado obtener
la mía.
Si,
poseo mi propia máquina del tiempo y viajo en ella diariamente tanto al pasado
como a futuro, en la comodidad de mi Family Room y disfrutando de un delicioso café
expresso y un vaso lleno de agua sparkling bien fría.
Ya
es un ritual para mi todas las mañanas sentarme en mi máquina y viajar a mi
pasado recordando momentos, vivencias y reflexionando de lo que ese pasado
significó en el desarrollo de mi vida y de las enseñanzas que me dejóy queaún
siguen vigentes .
Me
propuse recordar a diario capítulos de mi historia por aquello de que, conocer
la historia nos ayuda a entender el presente y también porque todos enfrentamos
la amenaza de ser víctimas de esa terrible enfermedad que se lleva tus
recuerdos y tu existencia, hasta llegar al punto de que no recordarías ni que
eres. No voy a decir el nombre, pero todos sabemos a cuál me refiero.
Hago
una escala para recargarme con más café y el agua y emprender entonces el viaje
hacia el futuro para visualizar lo que se me viene a corto y mediano plazo ,
porque es importante estar preparado para lo que nos espera en el día a día y
hacer que ese mediano plazo de nuestro futuro se vaya moldeando a como nosotros
queremos que sea.
El
pasar del tiempo me ha enseñado que “Después de todo final hay siempre el inicio
de algo nuevo” incluso cuando lleguemos
al final de nuestra existencia terrenal, comenzará otra nueva vida donde
quiera que nuestro espíritu vaya.
Siempre
viajo con mi celular, ya que este es la llave para regresar al presente cuando
repica por una llamada o timbra por algún mensaje que nos envían.
Así
entonces, retorno al presente y me preparo para vivir, si, amigos, vivir (queno es lo mismo que pasar el día )ese día de hoy que he tenido la bendición de
recibir.
¿Ustedes
me dirán que donde conseguí esa preciada máquina del tiempo? Yo les confieso
que no es otra cosa que, mi full equipo recliner que está ubicado
estratégicamente dentro de mi casa en ese hermoso ambiente que en USA conocemos
como “Family Room” y donde solemos reunimos a disfrutar con los amigos y la
familia y para mí, es el sitio más
adecuado.
Les
invito a que busquen en casa cualquier mueble que sea cómodo y que les permita
convertirse en Viajeros del Tiempo y así poder decir la frase:
Pueden verlo en mi perfil de Facebook,
una mujer joven y bonita, de acento español que dice palabras más, palabras
menos algo que me avergüenza por lo procaz pero también por lo absolutamente
cierto.
Comienzo este escrito sin mojigatería
y considero que usar sinónimos de las palabras, haría que el escrito perdiera
brillo si es que lo tiene y allí voy:
-"Tengo un novio
venezolano y mis amigos me preguntan si es por los papeles".
-"Tengo un
novio venezolano y me la paso todo el día diciendo epa marico, marico, marico, coño e tu mai".
-"Tengo un
novio venezolano y ya no digo gilipollas digo mama guevo" -y así, en ese tenor
nada académico, continúa la joven con cierta gracia y yo lo lamento, y muchísimo.
Debemos aclarar que no es culpa de
la joven, es culpa de una buena parte de los venezolanos, que por ignorancia lo
hace y puse en Google algo que usted también puede hacer, pregunté: ¿Por qué y
para que las personas dicen groserías? Y la respuesta fue la siguiente: "…para
expresar emociones, como dolor, estrés, sorpresa, frustración. También puede
ser una forma de desahogarse o de expresar descortesía…"
Ciertamente y sin ánimos de excusar
a los venezolanos groseros, de acuerdo con lo anterior, el venezolano actual,
el que vive allá y el que salió al exilio seguramente siente dolor, también estrés,
a cada momento se lleva sorpresas desagradables, esto le trae frustración y con
evidencia absoluta desde la llegada de Chávez, las personas son tan descorteses
como el ignorante sambo de Sabaneta y al suprimirse o al menos mermar la educación
de alto nivel, pues la falta de vocabulario no les permite dar para más.
Para intentar paliar la falencia, aquí
les va un antídoto, un proverbio árabe: "Si lo que vas a decir no es más
bello que el silencio, no lo digas".
De Sigmund Freud: "Uno es dueño
de lo que calla y esclavo de lo que habla" y si tu hablar es tan grosero,
pues ya sabemos que eres un esclavo de muy baja laya.
Esto si es telúrico, es una cachetada
a esos groseros y lo escribió Sócrates 470 AC-399 AC: "Habla para que yo te
conozca".
Así podríamos seguir llenando estas
páginas para invitarlos a cambiar su destino tomando cuidado tan solo un día a
la vez, ¿Qué les parece si deciden no decir groserías tan solo por hoy? inténtenlo.
Nosotros creamos la realidad, los
pensamientos y las emociones y el lenguaje es parte de esa creación, de forma
que si no lo cuidas toda tu vida será tan oscura, tan deprimente, como la vida
de los venezolanos que nada aportan para que seamos reconocidos por otras muy
luminosas cualidades que tenemos.
Cuida tu lenguaje, habla con corrección
y belleza y tu vida cambiará para mejor, inténtalo, es gratis.
Les ruego entren a
mi Instagram@juradonegociosy vean el video que haré inextenso al respecto.