Friday, April 5, 2024

¿Y EL BEBÉ?

 

¿Y EL BEBÉ?

            Anoche conversaba con mi amigo de la infancia el Dr. Fedor Páez, creyente católico, como yo, si, conversábamos sobre la existencia de los milagros y me contó lo que paso a narrarles, con las lagunas  propias de algo conversado en la presentación del libro de su padre, nuestro escritor más longevo el Sr. Ramon Páez, autor de ‘’Mi autobiografía’’, presentada anoche en Il Forno, pero a lo que vamos, que todos tenemos una historia interesante y edificante que contar.

         Páez estaba terminando de suturar a un paciente que había llegado con un par de tiros de arma de fuego, en la sala de emergencias que más parecía un hospital de campaña de la guerra de Secesión. En el furor por salvar vidas, había visto de reojo, el inmenso esfuerzo del equipo por resucitar con CPR a una parturienta que yacía en el suelo, porque es allí el sitio más apropiado para que el ejercicio cardiovascular surta el mejor efecto. Estaban haciendo un buen trabajo los muchachos, mientras seguían llegando heridos.

          Quitándose los ensangrentados guantes quirúrgicos y ya con el paciente inerme pero estable, preguntó por la paciente y los residentes le informaron de su deceso. En el fragor de esa batalla contra el enemigo inmenso que significa la muerte, pues, esa en particular la habían perdido. Con paso cansado, abatido, físicamente exhausto, iba caminando un par de pasos hacia la puerta de salida del quirófano o tal vez la sala de emergencias y algo le hizo devolverse, todavía con la mujer muerta en el piso: ¿y el bebé?

            Corrió como pudo al encuentro con el más cercano bisturí, hizo la incisión  en presencia de todos, salvó la vida del que hoy día debe ser un hombre de bien, nacido del infortunio, pero de manos milagrosas. Todos se habían olvidado del neonato, para salvar a la madre. Espero con mis letras ilustrar correctamente que no fue una irresponsabilidad, espero con mis letras ilustrar lo coyuntural, doloroso y extremo del momento.

            Como lo dijo Albert Einstein, puedes pensar que los milagros no existen o pueden pensar que todo es un milagro, yo me voy por la segunda, porque con frecuencia puedo comprobar que Dios nos usa como marionetas para hacer el bien.

            Cuando pienses que en tu vida nada funciona, cuando pienses que la extrema muerte se ha alojado en tu psiquis, cuando no veas luz al final del túnel, cuando la depresión te haga ver todo oscuro y la tristeza te ahogue, solo debes hacer una pregunta, si acaso leíste este escrito hasta el final. Solo una pregunta y verás como todo se ilumina, florece y te ayuda, solo pregunta por el bebé.

            Una buena lección esta,  gracias Fedor por tu historia de milagro y esperanza.

www.juradogrupoeditorial.com




           

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