Thursday, August 10, 2023

DOS COSAS SEGURAS

 

DOS COSAS SEGURAS

            Era domingo a las once de la mañana, a bordo de la fragata García F-26 y como siempre, tenía a todo el grupo de guardia de cubierta disponible en entrenamiento en el CIC centro de información y combate. Al menos dos consolas alojadas, la guerra electrónica, el IFF interrogador amigo enemigo e infiero que algún radar, no es importante nada de eso, pero nos entrenábamos, jurungando, estudiando la táctica y la técnica.

           -Dos cosas tendrás seguras-, me recalcaba mi padre con frecuencia: -el retiro de la Armada y la muerte y a veces la segunda se le adelanta a la primera, con esto quiero decirte que trates con especial deferencia a los oficiales retirados que dejaron buena parte de su vida laboral en el oficio, para que tú disfrutes de una Armada operativa.

            Se escuchó por el sistema de órdenes colectivas: ‘’oficial superior a bordo’’ y fui raudo a recibirlo. Al cerrar la compuerta que me llevaba al externo, el guardia de portalón se adelantó para informarme que era un Capitán de Navío retirado, del que había escuchado hablar, de nombre Héctor Abdelnur Musa. Me le presenté y me acordé del consejo de papá y algo como lo siguiente pudo ocurrir: -le informo que el cojinete número 5 del propulsor de estribor, está teniendo irregulares temperaturas que estamos investigando. El material del eje de babor ha sido reemplazado exitosamente y ahora mismo el UHF numero 9 posee bajo aislamiento de nitrógeno que será resuelto el lunes… el Capitán fue rejuveneciendo a medida que me escuchaba, su esposa y tres niños que le acompañaban guardaban silencio, expectantes y yo seguí divirtiéndome y observando la sapiencia del consejo de mi padre.

            Héctor Abdelnur, había sido comandante de un destructor y su fama le precede en muchos sentidos, pero fue un hombre entre otras cosas un poco histriónico y de repente me interrumpió para preguntarme lo siguiente: -por su apellido que veo en el porta nombres, ¿es usted el hijo del mejor jefe de armamento que ha dado la Marina de Guerra?

            Mi padre había servido bajo su mando y yo no pude aguantar la risa para contestarle que sí y ambos reímos.

            Le invité a la cámara de oficiales a tomar un refresco y luego al CIC, donde dejé que los muchachos brillaran y explicaran todo lo concerniente a sus funciones operativas con sus equipos en funcionamiento, mientras el Capitán seguía en terapia de rejuvenecimiento y yo, lleno de orgullo. No hablaba, solo asentía con cierta impresión. Llegó el momento de retirarse, nos dimos un abrazo y el lunes para mi sorpresa, llegó una carta con membrete en papel de hilo, dirigida a mi Comandante, con copia para el Comandante General de la Armada y el Comandante de la Escuadra, en un tono sumamente honorable y lleno del orgullo de ser de a bordo, la columna vertebral de cualquier Armada. El orgullo de haber sido comandante de un buque, la mayor responsabilidad y del orgullo de haber sido considerado por la nobleza de su grado por un oficial en servicio activo, como era mi caso.

            Joven oficial naval, dos cosas tendrás seguras.

  


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