UNA LÁGRIMA EN LA MEJILLA DEL TIEMPO
-¿Y tú
cuando te enteraste de la existencia de él? Le pregunté a mi padre.
-La verdad es que fue en Inglaterra,
pero no recuerdo en cual de los cientos de libros que leí en esa época, pero salía
como referente importante muy frecuentemente, de manera que lo investigué y
quedé impresionado al enterarme que fue Premio Nobel, además de filósofo, pintor,
poeta, novelista, dramaturgo, reformador social, educador, lingüista y filólogo,
compositor de más de dos mil canciones, toda una estrella de profundo
pensamiento y un referente intelectual de nivel mundial.
-¿Y por qué una lágrima en la mejilla
del tiempo?
- Bueno, Rabindranath Tagore fue una
persona que buscaba y encontraba con mucho acierto esa media mitad, entre lo
real, lo esotérico y la literatura, ¿no crees que es muy acertada esa oración para
referirse al Taj Mahal?, yo la veo excepcional, porque Taj Mahal es un mausoleo
de una de las esposas más queridas del Emperador Shah Jahan, hecha para Mumtaz
Mahal y es una de las maravillas del mundo y costó una fortuna que en estos
tiempos sería el equivalente a unos $1500 millones.
-¿Te sirvo más hielo?
-Y más whisky por favor.
Esta sería una conversación natural y
totalmente normal entre mi padre y yo. Cuando había terceras personas, pues,
callaban el silencio de los ignorantes, aunque Nicolás Maduro, con seguridad, agregaría
a las ‘’ignorantas’’ también.
Hoy me he levantado muy de madrugada
y tomé un ejemplar de consulta diaria de la obra, ‘’Sea el número uno’’ de
Robert Ringer, una de las obras imprescindibles de mi biblioteca y lo hice para
quitarme un poco el polvo de la pendejería de lo que significa el día del padre.
El ser padre significó siempre para
el mío, la formación férrea en la infancia, en primer lugar, la disciplina, la
lectura obligada o motivada, pero no negociable y al crecer más ejemplo, pero
con risas, con literatura, con la aceptación también de mis opiniones y con la conjunción
de los diferentes puntos de vista, además de las referencias de los grandes
escritores, en fin, todo se transformó en amistad y admiración.
¿El día del padre? por favor, me
temo que es un invento occidental para mover un poco más el mercado, comprando
regalos al anciano nunca bien ponderado, esa es una realidad, pero el día del
padre, para mis efectos personales es el recordar al mío con una sonrisa de
privilegio, porque hay personas de mi edad que nunca escucharon de Rabindranath,
mientras yo lo conocí siendo un niño.
Sí, creo que los recuerdos que tengo
de mi padre, son como una lágrima en la mejilla de mi tiempo, gracias por todo,
padre, pero más aun, gracias por ser tan divertido, profundo, severo, elegante
y buen escritor, referente de muchos y de todos, orador telúrico y denso.
Hoy, en mi madurez, te entiendo más
que nadie y te concedo la razón, si es que acaso la quieres, porque desde tu sólida
personalidad, me temo que nunca te preocupó que dijeran, sino, ¿Cómo ibas a ser
tan brillante?
Sí, eres mi lágrima en la mejilla de
mi tiempo.
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