Tuesday, November 22, 2022

UN SEGUNDO DE IRA

 

UN SEGUNDO DE IRA

            -¿Caballero sería tan amable de apagar su cigarrillo que me molesta para tomar mi sopa?

            Ambos caballeros se encontraban en la barra del restaurant ‘’El lagar del viñedo’’ en la ciudad de Valencia y de esto hace tanto tiempo que no teníamos internet y además se podía fumar en sitios cerrados.



            El del cigarrillo, notablemente descompuesto lo apagó introduciéndolo en la sopa y como si nada, siguió bebiendo su trago.

            El de la sopa de levantó y salió del restaurant y le esperó a que saliera, momento en el que desenfundaron sus armas y ambos en un segundo de ira, quedaron muertos en el pavimento sin motivo y sin razón.

            En un segundo de ira nos hace temblar la detonación de una bomba, mientras millones de personas nos damos silenciosos y dulces besos.

            En un segundo de ira un hijo le desea la muerte a su padre, por no complacerle y en un segundo de ira un esposo la asesina para luego suicidarse.



            Yo conseguí un ejemplar en la biblioteca de mi padre y lo leí con sumo interés, porque también he sido iracundo para luego con frecuencia arrepentirme, escrito por Séneca: ‘’ Lucio Anneo Séneca (Córdoba, 4 a. C.-Roma, 65 d. C.), llamado Séneca el Joven para distinguirlo de su padre, fue un filósofo, político, orador y escritor romano conocido por sus obras de carácter moral’’ y yo era un estudiante de bachillerato del segundo año y creo que sin un padre como el mío no era conveniente estas lecturas sin aclarar algunos puntos a mi inmadura mente de entonces.

            En un segundo de ira una persona decente se baja de su vehículo a caerse a golpes con un desconocido por un motivo seguramente insulso cuando le vemos desde el belvedere de la madurez y recogemos el momento en el halda de la vergüenza.

            En un segundo de ira, Hugo Chávez maldijo a todo el Estado de Israel y pasó a la umbría de la vergüenza, de la pena y del pago, porque cada segundo de ira debemos pagarlo y con frecuencia es un muy alto precio.

            Acaba de morir en España el comunista y músico, en ese orden, Pablo Milanés y en  un segundo de ira me pregunto ¿porque en España y no en Camagüey, Esmeralda, Morón o en   Cojimar?, ¿será que nunca creyó verdaderamente en la revolucion de la ira y del odio?

            En un segundo de ira un giboso como Milanés, arriesga su talento artístico, por apoyar a una revolucion absurda, llena de iracundos enfermos, fanáticos del odio, del resentimiento, del hambre y la miseria.

            Si, por tan solo un segundo de ira, se pueden olvidar hasta cincuenta años de amores, de admiraciones, de sonrisas y aprecios. Pisoteemos a esos peligrosos segundos del tiempo que nos toca vivir.

juradopublishing@yahoo.com

 

 

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