El MÁGICO
RITUAL
Llegó
El maestro, el decano de mis tiempos de estudiante en la Escuela Superior de Guerra
Naval.
Los
tiempos han cambiado, ya pasó Septiembre once y su terrible desgracia y
herencia de terror y miedo y él quiso conocer la calle del pecado, donde yo pululaba
como si fuera un gánster, dueño de varios locales de inferior categoría.
Nos
hospedamos a dos cuadras de Bourbon Street, para no tener que manejar y fuimos,
no sin antes pasar por el bar donde nos tomaríamos un par de hurricanes, si, en
el bar de Pat O’Brien, un Irlandés de relajada conducta.
Pues bien
nos fuimos al sitio, famoso y feo, bajamos las escaleras y olía a putas, se
llama “The House of blues”….! Que gran sitio! No por el olor sino porque allí
podía conseguir el mejor jazz de la ciudad, ¡esa gran ciudad!, se me metió en
los tuétanos y me detenía a ver a los ancianos bailar el tap y llegué a poner
propinas de $50 por que lo valían, eran unos profesionales.
Allí he
bailado sin seguir la música, ¿Qué importa? Es que no entienden que ¿estamos de
farra?
Los mejores
grupos de jazz de New Orleans, ¡la bella ciudad de la cual sigo enamorado!
Se parece a
mí, nadie le hace caso a nadie y recuerdo aquella foto al amanecer con un vaso
de bourbon en la mano, recostado a una patrulla de la policía de la ciudad, amanecido, desbordante de
alegría y con el maestro al lado, ¡qué gran foto! Fue en el French Quarter y la
carreta a caballos que me llevó estaba a un lado con el carretillero un poco
adormitado, insisto: ¿Qué importa? ¡Era un mágico ritual!
Oswaldo, mi
maestro no sabía porque la rubia voluptuosa bailaba para él, nunca supo que le
pagué $20 para que lo hiciera, pero le hubiese pagado más por su cara de
alegría, todo era alborozo, todo era bonito, hasta la ilusión.
New Orleans
posee esa dicotomía extraña entre lo moderno y lo antiguo, creo que ninguna
ciudad de la unión americana la tiene, ni Washington, tampoco Norfolk y su bahía
de Chesapeake, Chicago y sus vientos, San Diego en California, ni la misma
Miami y sus diferencias, si, mis amigos fueron
y es un mágico ritual y no exagero.
Como lo
pasado está, la recuerdo como un viejo amor y ahora escucho en el sofisticado y
extravagante equipo de sonido de casa, cuyas cornetas suenan en direcciones
diferentes a donde yo quisiera, suenan difuminadamente ese antiguo jazz de mis
mocedades que fue inventado en 1900, si, a principios del siglo pasado y que
era la música de la chusma, era el reguetón indeseable de ahora, hasta que Ella
Fitzgerald lo adaptó a la sociedad.
Que de
recuerdos, que de anécdotas, que sabrosura la de la bohemia que de alguna forma
me ha hecho quien soy, donde cuento a raudales mis defectos y que mis amigos se
encargan de exponenciar e inventarme virtudes.
¿Saben qué?;
la vida se compone de rituales mágicos y solo falta que sean Ustedes quienes
consigan al mago.
Hola Jr, viejos recuerdos me trajiste a la RAM, cuando alla por los 83 tuve la oportunidad de estar en esa ciudad magica, ver las exibiciones en ventanas y balcones, en el latin y french quarters...las calles empedradas...el bourbon....y oswaldo, por casualidad R.Y...el decano de TEEM y PNO...jaja...cuidate..saludos---y sigue con el jazz que ya mathew se fue...
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