Wednesday, October 12, 2016

El MÁGICO RITUAL


El MÁGICO RITUAL

            Llegó El maestro, el decano de mis tiempos de estudiante en la Escuela Superior de Guerra Naval.

            Los tiempos han cambiado, ya pasó Septiembre once y su terrible desgracia y herencia de terror y miedo y él quiso conocer la calle del pecado, donde yo pululaba como si fuera un gánster, dueño de varios locales de inferior categoría.

            Nos hospedamos a dos cuadras de Bourbon Street, para no tener que manejar y fuimos, no sin antes pasar por el bar donde nos tomaríamos un par de hurricanes, si, en el bar de Pat O’Brien, un Irlandés de relajada conducta.

Pues bien nos fuimos al sitio, famoso y feo, bajamos las escaleras y olía a putas, se llama “The House of blues”….! Que gran sitio! No por el olor sino porque allí podía conseguir el mejor jazz de la ciudad, ¡esa gran ciudad!, se me metió en los tuétanos y me detenía a ver a los ancianos bailar el tap y llegué a poner propinas de $50 por que lo valían, eran unos profesionales.

Allí he bailado sin seguir la música, ¿Qué importa? Es que no entienden que ¿estamos de farra?

Los mejores grupos de jazz de New Orleans, ¡la bella ciudad de la cual sigo enamorado!

Se parece a mí, nadie le hace caso a nadie y recuerdo aquella foto al amanecer con un vaso de bourbon en la mano, recostado a una patrulla de la policía  de la ciudad, amanecido, desbordante de alegría y con el maestro al lado, ¡qué gran foto! Fue en el French Quarter y la carreta a caballos que me llevó estaba a un lado con el carretillero un poco adormitado, insisto: ¿Qué importa? ¡Era un mágico ritual!

Oswaldo, mi maestro no sabía porque la rubia voluptuosa bailaba para él, nunca supo que le pagué $20 para que lo hiciera, pero le hubiese pagado más por su cara de alegría, todo era alborozo, todo era bonito, hasta la ilusión.

New Orleans posee esa dicotomía extraña entre lo moderno y lo antiguo, creo que ninguna ciudad de la unión americana la tiene, ni Washington, tampoco Norfolk y su bahía de Chesapeake, Chicago y sus vientos, San Diego en California, ni la misma Miami y sus diferencias, si, mis amigos fueron  y es un mágico ritual y no exagero.

Como lo pasado está, la recuerdo como un viejo amor y ahora escucho en el sofisticado y extravagante equipo de sonido de casa, cuyas cornetas suenan en direcciones diferentes a donde yo quisiera, suenan difuminadamente ese antiguo jazz de mis mocedades que fue inventado en 1900, si, a principios del siglo pasado y que era la música de la chusma, era el reguetón indeseable de ahora, hasta que Ella Fitzgerald lo adaptó a la sociedad.

Que de recuerdos, que de anécdotas, que sabrosura la de la bohemia que de alguna forma me ha hecho quien soy, donde cuento a raudales mis defectos y que mis amigos se encargan de exponenciar e inventarme virtudes.

¿Saben qué?; la vida se compone de rituales mágicos y solo falta que sean Ustedes quienes consigan al mago.

 

 

 

1 comment:

  1. Hola Jr, viejos recuerdos me trajiste a la RAM, cuando alla por los 83 tuve la oportunidad de estar en esa ciudad magica, ver las exibiciones en ventanas y balcones, en el latin y french quarters...las calles empedradas...el bourbon....y oswaldo, por casualidad R.Y...el decano de TEEM y PNO...jaja...cuidate..saludos---y sigue con el jazz que ya mathew se fue...

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