SOSPECHANDO
DE LA RISA
El
humor es un néctar encantador que nos hace reflexionar, nos permite pensar
riendo, nos da el regalo de la inteligencia.
A
un gran Conde monárquico no podemos de ninguna manera llamarlo Condón, el Gran
Conde, o cómo podríamos decir de la excelente fiesta, ¡fue un fiestón! En estos
dos casos las personas protagonistas del exagerado adjetivo, uno se
disgustaría, me refiero al caso del Señor Conde y otro seguramente halagado.
Los
comunistas y dictadores, basados en ese problema terrible del autoritarismo que
a la vez les conduce a esa obsesión entre el sadismo anal y el aprendizaje del
uso del orinal en la primera infancia han sido explicados in extenso por Henry
Dicks, pero ese no es el tema que nos ocupa, el que si lo hace es la falta de
humor de estos personajillos de mala infancia o en el mejor de los casos de
infancias infelices.
Un
Jefe de Estado debe estar blindado contra las críticas más severas que
normalmente no la hacen sus adversarios sino los muy malucos comediantes que se
agarran de un gesto, de una manera, de una opinión, de un comentario para hacer
reír a los demás a nombre del gobernante. Pues bien, eso es lo que hay en
Democracia y así debe seguir siendo, no obstante comunistas y demás mal
vivientes jamás ríen de ellos mismos, hacen una mueca al mejor estilo de María
Iris Varela quien es la Ministra para asuntos penitenciarios y si yo tuviera ese
cargo en la Venezuela actual ¿cómo pueden pensar en que yo reiría?
Lo
lógico es estar amargado de hecho es más fácil pero menos sano. Yo mismo creo
que soy uno de ellos, un amargado, escribiendo todas las noches sin que nadie
me obligue y con frecuencia pienso que lo soy tanto que yo mismo me obligo, de
manera queridos lectores que entonces debo remitirme al Padre del Psicoanálisis
el gran Sigmund Freud cuando aseguró que el humor no existe por cuanto lo que
dices en broma lo piensas en serio.
Un
baluarte de la maldad es sin duda Claudio Nazoa, su profesor de cosas malas es
Laureano Márquez y así podríamos seguir nombrando a los malvados que piensan en
serio lo que dicen en la broma que todos queremos, porque la vida al final del día
se trata de reír de las tragedias, de los infortunios y de la virtud. Soy tan
aburrido que he leído dos veces “Los infortunios de la virtud” del Marqués de
Sade, el autor de la nada favorable y altruista práctica del sadismo y allí
pude conseguir interesantes puntos de vista que me colocan entre los malvados,
pero sin llegar a ser comediante, por cuanto no soy tan brillante, de manera
que cuando un mandatario no acepta la chanza y le dice al Servicio Bolivariano
de inteligencia que la detenga, creo que le falta inteligencia a él y al
servicio y por supuesto toda persona que intente burlar el tedio de su mal
gobierno es susceptible de ser investigado y ser SOSPECHOSO DE LA RISA.
En realidad, hay que celebrar la frase humorística de aquel quien dijo: " Todos estamos en estado general de sospecha" y no es como dijo otro: " ese general esta sospechoso", que no es lo mismo ni se rìe igual.
ReplyDeleteBravo Bernado! He encontrado que el grueso de las bromas contra la situación y los personajes del autoritarismo no la hacen los comediantes, sino la gente común que los padece. El libro "Abajo quién tú sabes", que conoces, es la recopilación de nada menos que 1,000 chistes sobre el totalitarismo marxista que han producido anónimamente durante casi 100 años quienes lo han sufrido. Cada uno de esas bromas se conviertió en su momento en viral. A los comediantes que cultivan el género hay que ponerles una medalla del coraje si ejercen su oficio in-situ.
ReplyDeleteNo hay nada más peligroso para las dictaduras que el humor...porque cala en la población como el río por su cauce...indetenible y sorteando todas las asperezas y obstáculos del terreno..God bless you, compadre y continua con la misma agudeza en tus pensamientos y posteriormente en tus escritos
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