¿TÚ ME
ESTÁS DISCRIMINANDO?
Esta
es una pregunta que por aquí en los Estados Unidos es mágica, mueve
sentimientos, te hace pensar en demandas millonarias en tu contra y todo por no
aceptar públicamente lo que no aceptas en tu corazón y tu cerebro todo eso
pasa, hasta que leas este artículo:
Como
es de esperar yo estoy en contra de la discriminación, estoy totalmente opuesto
a ella, me he criado en la diversidad de colores, de pensamiento, de acciones y
con la flexibilidad católica de la aceptación y el perdón, tengo a muchos
amigos y amigas homosexuales, tengo a un hijo que llamamos el negro, estoy
casado con una rubia y a mí me gustan las mujeres, soy, como les dije católico,
pero amo, idolatro, honro al primer judío de la humanidad.
Ahora
pónganse los cinturones de seguridad, porque a mí no me da la gana de ver el
lujurioso intercambio de saliva de una pareja en la plaza pública donde este y
esto no tiene que ver con si son dos hombres, dos mujeres y una pareja
heterosexual. A mí no me da la gana de contratar en mi restaurant a un mesonero
tatuado, con peircins en la nariz, de barba mal afeitada. A mí no me da la gana
de que ese empleado, tenga que parar toda mi oficina porque es musulmán y debe
orar en la hora en que tenemos ese contacto vía Skype con New York.
Vamos
a explicarlo mejor: antes, el ser homosexual era prohibido, paso a ser aceptado
y me temo que pronto será obligatorio y aquí me detengo, porque quiero aclarar
que me tiene sin cuidado la tendencia sexual de las personas y esto incluye a
mis dos hijos, pero no acepto que me discriminen a mí, teniendo que aceptar a
la fuerza que me restrieguen su tendencia, ¿me expliqué? Yo soy heterosexual,
no lo ando gritando, no hago la publicidad absurda de decirle a todo el mundo
lo sabroso que es, porque los caballeros no tenemos memoria y yo exijo lo
mismo.
Vamos
con los tatuajes: ¿Quién decidió pintarse la piel? ¿Quién le obligó a cambiar
su naturaleza, ese lienzo eterno y sensible que conforma el sensor más grande
de todo nuestro organismo?
El
noventa por ciento de las personas que se tatúan, se arrepienten en la madurez,
pero el dueño del restaurant tiene la obligación de emplearlos porque si no es discriminación
y aquí ponga el freno de mano: si a usted le encanta estar pintado, tatuado,
rayado, lleno de clavos y huecos, me parece muy bien, pero no podrá trabajar en
mi restaurant atendiendo personas porque no me da la gana de que Usted sea la
imagen de mi restaurant que me ha costado un testículo montar.
La
conclusión de este artículo es que dada las evidencias, con la que seguro estoy
no todos tienen que estar de acuerdo, he mostrado con contundencia que somos
nosotros los discriminados, no obstante sigo haciendo votos por la desigualdad,
por la diversidad, por la multiplicidad de comportamientos y conductas, pero
dentro del marco de los criterios universales, que por supuesto no excluyen a
las minorías, pero tampoco discriminan a
las mayorías.
Hola Jr, comparto completamente tus criterios acerca del intercambio de salivas, de los tatuatos, de las tendencias sexuales de los seres, gracias a dios mis dos hijos, varon y hembras nacieron, crecieron y son normales, casados y con descendencia, para mi me da asco el tatuarse, perforarse, y me parece antinatura el homosexualismo, dios, en todas las religiones, ser supremo!!! nos hizo varones y hembras de tal manera que se necesita una pareja para poder engendrar y hacer que perdure la humanidad, e incluyo en este tèrmino a los irracionales y hasta los vegetales, porque a todo evento se neesita ao rquiere de un par hetero para reproducirse, sea una planta, un jaguar, o un ser humano....saludos y cuidate ....PORQUE ME DA LA GANA DECIRTELO Y EXIGIRTELO...
ReplyDeleteAnte este escrito solo me resta decir que tampoco me da la gana de ser discriminado por pertenecer a las mayorías. Salusos
ReplyDeleteEstimado hermano de armas...las minorías que claman tolerancia y respeto, son intolernates y falta de respeto. Quieren imponer a capa y espada su realidad como si fuese la única. Basta que Ud haga pública su posición en cuanto a religión, política, sexo y otros temas polémicos para que sea llamado de cualquier bando: intolerante, irracional, dinosaurio, entre otros epitetos. Yo tengo claras mis posturas y no pretendo imponerlas pero sí que se me respeten. No sé si por moda o marketing, pero estamos siendo esclavisados por las minorías, que con influencia están haciendo imponer su particular visión a fuerza de leyes, ONG y publicidad. Pero para que ve que esto tiene su costo, lo que ellos llaman discriminacion que par otros es el deseo de seleccionar y escoger se está convirtiendo en un gran problema para la seguridad. Como decía mi abuelo: hagan de su culo una perinola, pero no me metan en su peo...
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