LOS TIEMPOS QUE VIVIMOS

LOS TIEMPOS QUE VIVIMOS

EDITORIAL

            Después de 240 largos años, después de la enmienda numero 19 donde se permite el voto de la mujer, después de que John Adams en 1776, junto a las trece originales colonias, luchara contra el absurdo de la esclavitud colonial, contra la segregación, contra las bajas pasiones e intenciones, tenemos un país ejemplo de las virtudes individuales, la más antigua democracia, la potencia referencia en todo orden. El 4 de Julio se celebra la independencia de este país amable, lleno de inmigrantes.

            Estos tiempos que nos toca vivir son, por decir lo menos, convulsos, complejos, interesantes. El Reino Unido se separa por un referéndum de la Unión Europea y esto es más complejo de lo que parece, porque después de los 240 años en que Estados Unidos se separa de la colonia británica, desde nuestro punto de vista la decisión de la separación es tomada desde las bajas pasiones y la ignorancia. La palabra BREXIT, es una simplificación idiomática de BRITAIN EXIT, pero a lo que vamos con este editorial: la permanencia de la Gran Bretaña en la Unión Europea era una materia para ser discutida en el Parlamento, donde se encuentran los más conspicuos representantes del pueblo y donde podían ser manejadas todas las variables, elementos de juicio en un tema de tanta complicación y de tantas consecuencias. No pueden ser tomadas decisiones permanentes basadas en emociones pasajeras, mucho menos desde un punto de vista binario: SI o NO, los intereses del país todo, de la Unión de Europa toda, del planeta todo, no se pueden delegar en un referéndum con ciudadanos que poco o nada saben del futuro, basados en bajas pasiones, en rastreras situaciones superadas (o al menos se suponía esto), como la xenofobia, el egoísmo, aislacionismo, en fin segregación.

            Cuando un líder delega sus responsabilidades en decisiones colectivas no podemos menos que recordar a Pilatos quien se lavó las manos y Cristo fue crucificado. El mundo marcha inexorablemente hacia la integración y los mandatarios deberán hacer su trabajo el cual es velar por el destino, por el futuro y por el bienestar de sus conciudadanos, de manera que las variables son complejas en esta decisión que al menos tardará un par de años de acuerdo a la ley para que se materialice. Cabe destacar que Gran Bretaña nos las tiene todas a su favor, por cuanto dos de las cuatro naciones que la integran están a favor de permanecer en la Unión, nos referimos a Irlanda del Norte y a Escocia.

            Estos tiempos que nos toca vivir son complejos, pero en definitiva con un destino común, la integración, la unión, la confluencia de los intereses individuales con fines comunes.

            El terrorismo internacional nos ha puesto a pensar de manera mancomunada, los mismo que 213 personas mueren esta semana pasada en Bagdad, que las 49 asesinadas en Orlando, o los asesinatos de París, de manera que el enemigo espera nuestra desintegración para hacer su fiesta de sangre y horror. Los mercados, manejados por intereses frecuentemente individualistas esperan lo mismo, pero seguro estamos desde esta tribuna que como siempre y desde hace ya 240 años, prevalecerá la cordura, la inteligencia, la concordia en la búsqueda de la solución. Es mucha la experiencia del humano post moderno que entiende antes de la Segunda Guerra Mundial que o nos unimos o seremos exterminados individualmente.