Thursday, July 2, 2015

TRAFICANTE DE FELICIDAD


TRAFICANTE DE FELICIDAD

                No basta con descifrar el código, debemos entenderlo, interpretarlo, asimilarlo y digerirlo. El mensaje a la juventud: “No estudies y serás Presidente”

                Trafican con felicidades parciales que crean la ilusión de estar a la altura, cuando todo es relativo.  ¿Eres culto?  ¿Si, pero con respecto a quién? ¿Eres analfabeta? No porque me aprendí el abecedario y ¿realmente creen que no son analfabetas?
 
                Los decretos son peligrosísimos, porque hay cosas que no se pueden decretar, como el amor, como la lealtad, como los precios justos, como la economía y como el alfabetismo y así siguen traficando mientras las cosas caen a su lado estrepitosamente.

                Cuba, la dolida es un mal ejemplo que se han empeñado en seguir.

                En los años ochenta en el Medellín de Pablo Escobar  los jóvenes dejaban la escuela porque era más rentable y daba mayor status social ser chofer del capo de la droga o ser un valiente sicario, asesino a sangre fría y por ende admirado por sus colegas de tropelías, pero vuelvo a la relatividad, por cuanto son ellos, los otros, quienes establecen los niveles de valentía, de arrojo, de éxito en unos valores al revés.

                Pareciera un chiste que un individuo sin ninguna referencia intelectual como es Nicolás Maduro, decrete que Venezuela está libre de analfabetismo. Un individuo que se crió en una democracia cuya educación era gratuita hasta nivel de pregrado en la universidad, pero él decidió no estudiar, porque es más fácil ser chofer y malandrín que enfrentarse contra uno mismo y sus talentos en la academia.

                Si Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, el maestro Bello, José Enrique Rodó, Andrés Eloy Blanco, Arturo Uslar, Rafael Caldera o cualquier otro lo dijera, yo cerrara los ojos y le creyera, pero que un ignorante que adolece de casi cualquier conocimiento arguya públicamente que Grecia, al estar a punto del abismo económico por vagos y malos administradores de los dos préstamos que le ha dado la Unión Europea para salvarlos, deba, por sugerencia de Maduro retirarse del FMI, no pagar su deuda y seguir la fiesta, es risible, cuando lo menos que debería es chequear sus propias posaderas y persuadirse de que están sucias.

                En las Fuerzas Armadas han creado la ilusión de la igualdad, ascendiendo a los técnicos y tropa a oficiales y ahora no tenemos ni técnicos y ellos saben que no son oficiales.

                En el caso de la medicina la cosa es peor aún. A las universidades no se va por sus notas sino por su pobreza. Se gradúan de acuerdo a sus afiliaciones políticas más no por sus capacidades y a mí me da mucha risa al ver tanto desacierto junto y aplaudido por los analfabetas que están libre de analfabetismo, que son doctores en el país de los enfermos, que al final son tuertos en el país de los ciegos que además son envidiosos y flojos.

                Comprendo que no todos son así, la estadística me indica que tal vez soy injusto con algunos, pero con quienes no puedo ser blandengue es con quienes siguen esta tontería decretada. Venezuela está llena de analfabetas que como tales intentan traficar con espasmódicas felicidades.  

 

3 comments:

  1. Triste pero cierto. En el blanco.

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  3. Sobre la igualdad en las sociedades mediocres o igualdad hacia abajo me permito esta cita : "Estas nulidades son hábiles en la simulación e intentan parecer preparadas y virtuosas. En su afán de sacudirse de su dura realidad de inferioridad, aspiran a ser considerados por sus cargos, rangos, grados o títulos, haciendo lo necesario para conseguirlos. Tratan así de sustituir el respeto cualitativo que genera la aptitud propia de los excelentes, por el culto cuantitativo a la actitud propia de los comunes. Es aleccionador lo que expresa Ingenieros en su obra “Las Fuerzas Morales”: “El hábito de ver tasar a los demás por los títulos que ostentan, despierta en todos un obsesivo anhelo de poseerlos y hace olvidar que el Estado puede usar en su provecho la competencia individual, pero no puede conferirla a quien carece de ella” Coincide Ingenieros en su reflexión a lo establecido en el Artículo I de la Declaración de los Derechos del Hombre. Lamentablemente, las mayorías democráticas no logran diferenciar un imitador de un original, perdiendo la oportunidad de que sus élites intelectuales y morales generen utilidad pública a sus naciones, o lo que es peor, estas élites, tal como lo señaló Tocqueville en 1835, pierden el interés en formar parte de los gobiernos en esas democracias enfermas".Tomado de :http://blogdelcnelbellorin.blogspot.com/2011/02/el-mito-de-las-mayorias.html

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