ME SIENTO ONOMASTICO

ME SIENTO ONOMÁSTICO

 

 

                Ya eran entrados los setenta y yo tenía edad para tomar licor y beber las palabras de Papá y los poetas y juglares que había en casa. Alguien tocaba mi piano acompañando a quienes recitaban y el Dr. Contreras, abogado de la familia, entre prosas y versos y toda vez que esa no era su afición se quedó dormido sobre la cómoda poltrona, mientras seguíamos disfrutando de las ocurrencias y lo mismo estaba entre nuestro pensamiento Jorge Luis Borges, que Andrés Eloy Blanco, Giovanni Pappini o Dante Allighieri y yo extasiado entre tanta inteligencia y humor del mas fino, hasta que mi Padre, ductor y director de aquella encantadora orquesta de genios, pidió un mutis…el silencio despertó al Dr. Contreras y todos le miraban y él asombrado no sabía que pasaba y mi Padre con excepcional seriedad Y prosopopeya le pregunto: ¿Mi querido Doctor, cuál es su  opinión sobre lo que nos han ilustrado los poetas y escritores?… ¡sepa que es muy importante su abierta crítica, por favor! El confundido y licorado leguleyo, buscó sin éxito en el Word perfect de su cerebro que sufría de los embates del virus del escoces y tan solo atinó a decir: “yo…yo…yo me siento en esta noche de tanto talento y de tanto intelecto, absolutamente ONOMÁSTICO”  y la carcajada general no se hizo esperar.

                A las seis de la mañana del día de hoy un Almirante cruel y que no sabe que ya estamos retirados, un compañero Capitán de Navío, rencoroso y vengativo porque le llamé en la madrugada el día de su cumpleaños, fueron los primeros en llamarme para felicitarme. Mi FACEBOOK, ha sido un grato regalo de felicitaciones y los mensajes de texto, mis Madres que aseguran que hoy es el día mas feliz de su existencia, que yo era un bebé bello y gordo y hasta simpático y que su opinión es absolutamente imparcial, me hacen sentir todos tan embriagado como el Dr. Contreras y hasta onomástico me siento de tanto cariño.

                Como los escritores somos raros especímenes en esta tierra, yo no poseo otro medio para agradecer con eficiencia los centenares de mensajes que me hacen una suerte de celebridad y recomiendo que lo que mis madres aseguran sobre la pila de agua bendita, ¡no lo crean!, porque las fotos de mi infancia son vergonzosas, sobre todo una donde aparezco desnudo de la cintura hacia abajo y con la gorra naval de mi Padre.

                Como es de esperar, Onomástico no es un verbo, pero el muy querido Doctor en leyes así lo interpretó y todos se lo aceptamos, porque comprendimos que buscaba sin éxito una palabra inmensa para agradecer que pidieran su opinión tan fina audiencia de juglares. Yo por mi parte, en el día de mi cumpleaños mas no de mi onomástico busco aun una inmensa palabra para devolver tanto cariño que probablemente no lo merezca en mucho de los casos.

                No es una hazaña llegar a esta avanzada edad, muy por el contrario, ahora me cuido para lograr el doble de esta y me he vuelto un ser muy aburrido al que solo se le ocurre la palabra ¡GRACIAS!