ENTRE PEARL HARBOR Y CARACAS, ¡HAY UNA SELVA!

Ya los aviones habían decolado de los portaviones japoneses y aproximaban a la Base Naval de Pearl Harbor y el Almirante de la flota, en el puente se le notaba taciturno, recogido en su pensamiento y los oficiales ¿no entendían porque? Ese era un día de triunfo del imperio japonés sobre las fuerzas del mal y como dicta el sabido código Bushido: “esta guerra se luchará hasta el último soldado” Al preguntársele al Señor Almirante, tan solo agregó en baja voz: “hoy hemos despertado a un león que estaba dormido” ¡y tenía toda la razón! Con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y en pocas horas sobre Nagasaki, se ahorraron muchas vidas de ambos bandos y el prenombrado código egoísta y absurdo pasó a mejor vida para comenzar entonces a reconstruir. Fidel Castro ha pasado la vida acusando a los americanos de todos sus desaciertos, Chávez tapaba su falta de talento y despilfarro haciendo lo mismo y ahora Nicolás Maduro que no conoce Pearl Harbor y creo que tampoco Caracas asume que la hambruna africana que se cierne sobre el país es por las políticas de Estados Unidos… ¡por favor! Todos sabemos que no es así. En esta semana me hicieron una entrevista en una radio del norte y me preguntaron sobre la importancia que le da Norteamérica a Venezuela y como no entienden la lógica práctica de aquí, tampoco entienden que Venezuela para los efectos, solo existe si logra mandar el único millón de barriles de petróleo diario que forman algo así como el 9% de lo que se usaba (tiempo pasado). Por su parte, los Estados Unidos son el único cliente que tiene Venezuela que como es normal aquí, le paga, de manera que podemos inferir quien es mas importante para quien. Con el precio del petróleo lindando la frontera sur de los $60, podemos vaticinar que los dolores de vientre de Maduro son solo mitigables con analgésicos de amplio espectro, traídos como es lógico de tierra enemiga, pero las malas noticias no merman porque el Senado Norteamericano acaba de aprobar las mas severas sanciones contra los miembros de la satrapía que acompañan a Ali Baba, ejecutándoles sus propiedades, revisando cuentas y cancelando visas y el coro de los tres chiflados prenombrados entonces ha logrado despertar al león que estaba dormido, pero como han pasado mas de siete décadas del fatídico día donde se mermó a la Armada del Pacífico, creo que el león ha envejecido y por ende madurado, pero no pierde la costumbre de hacerle caso a su genética y sigue siendo una fiera salvaje que logró llegar con mas vigor que nunca al siglo XXI, porque se ha adaptado, ha aprendido y ha mutado en esta selva llena de los animales que por brutos y poco dotados por la naturaleza, no entienden después de tantos intentos, que es el león y solo el león, el rey de la selva.