Thursday, May 29, 2014
MONARQUIAS HEREDITARIAS DEL SIGLO XXI
Enrique VIII iba a caballo, acompañado de un equipo de guardias, tres en total, a galope por los prados, a pasar revista a una de sus amantes embarazada desde hacía unos seis meses, porque como todo monarca que se respeta, él tenía derechos sexuales sobre las muchachas llamadas casaderas o mejor dicho, en edad reproductiva para casarse.
El Padre de la joven, se encontraba sumamente orgulloso del real embarazo, del real concubinato a ratos, de que su hija primogénita hubiese tenido un real intercambio de fluidos vaginales y seminales con el dueño de la vida y la muerte de todos los lugareños que eran seguramente menos afortunados que su familia, que se acercaba, producto de la consanguinidad a la cúpula celestial en tierra.
Enrique, llegó a la humilde casa y como no había teléfono, nunca pudo haber avisado de la visita y la puerta la abrió Ana Bolena, la hermana menor de la embarazada, la cual apuntó sus saetas seductoras, al corazón del Monarca y lo enamoró de un flechazo de su mirada.
La visita se llevó a cabo con entera normalidad. El Padre no conseguía manera de agradar al Rey y complacerle con lo poco que tenía, pero estaba lleno de esperanzas de que aquella penosa situación cambiara cuando su nieto naciera y fuera beneficiado copiosamente con la dádiva monárquica, para así poder asegurar que el bastardo heredero pudiese disfrutar de una adecuada educación y un ecosistema apropiado a la crianza de un hijo de Enrique, como había ya sucedido con otras familias y otros niños nacidos en semejantes circunstancias de vandalismo y abuso de poder, pero los reyes son así, abusadores de oficio y por ello a mí me encantaría ser también un Rey.
Antes de marcharse y verificar que todo estaba bien con su hijo nonato, preguntó por esa muchacha que abrió la puerta y el Padre orondo y orgulloso le contestó que esa, la muchacha, era su hija menor Ana y el monarca la solicitó. El Padre fue hasta su habitación y ella se negó a bajar y el pobre Señor temeroso de las consecuencias de negársele al Rey la azuzaba, le exigía, le rogaba que bajara, pero no, ella no quería y el Rey cayó en la trampa cuando hubo de retirarse sin verla y con ese dejo de soberbia, porque al Rey, dueño y señor nadie se le negaba.
Palabras más o menos la conminó a palacio y ella después de muchos ruegos aceptó y luego fue su mujer legítima de manera que Enrique VIII era el tío de su hijo, su cunada era la madre y su esposa Ana Bolena era la tía de su sobrino, pero a la vez era la esposa del tío, que era el Padre…que cosas y como se repiten las historias en la nunca entendible ciclotimia del quehacer humano, solo basta con leer algunos párrafos de “Los Miserables “y con todo y eso la naturaleza humana seguirá siendo difícil de entender. Honorato de Balzac en Papá Goirot hizo también lo suyo, Nicolás Maquiavelo en el Príncipe escribió, que “es bueno ser un Príncipe amado, mejor es ser un Príncipe odiado, pero mejor aún es ser uno temido”. El Marqués de Sade, hizo un buen trabajo en su obra los “Infortunios de la virtud”, explicando porque la vida de los virtuosos con frecuencia inaudita es infortunada y sufrida y (me acordé de la hermana embarazada).
Resulta que esta historia de la vida real podríamos traspolarla a la Venezuela actual, donde las hijas del difunto Hugo Chávez viven en la casona, con el gran mérito de poseer corriendo por sus venas sangre revolucionaria de verdad, sangre monárquica, químicamente pura, con un ADN rico en socialismo, lleno de plaquetas de lucha paternal.
En las historias de este tipo también están los consortes, especie interesante que se mezcla promiscuamente con la pureza y el actual Vicepresidente de Venezuela, lo logró y otros también porque las historias no tienen sexo y la Princesa, de acuerdo a las malas lenguas de la comarca caribeña, asegura de acuerdo a su conducta, tener derechos sexuales sobre los caballeros casaderos.
Él lo sabe y se hace el loco. Su cunada lo sabe y calla, convirtiéndose en cómplice, pero los intereses de la monarquía están muy por encima de esos pequeños placeres, con artesanos de baja laya.
Nicolás Maduro, una suerte de sustituto, una especie de camarlengo, sustituyó al Monarca fallecido en tierras insulares mientras trataba de anexar sus tierras a la Isla (todo al revés), en una comisión que le costó meses sino anos lograr, pero por algo era el Rey y sus talentos y su poder se impusieron y logró un matrimonio incestuoso con su Padre Fidel Castro, que ahora es el Padre de las hijas de Chávez, pero a la vez es el Tío de Maduro que se autodenomina hijo del difunto… ¡que enredo!
El camarlengo revolucionario y obrero, ya no puede mantener la anexión de las tierras y sus gentes. Los artesanos ya no trabajan, los militares ya no cuidan los intereses de las tierras ocupadas, los políticos viven una orgía inacabable de placeres, vendiendo las propiedades que el sustituto no puede cuidar, para disfrutar en el imperio de al lado, de los dineros del saqueo y ella, la hija soltera, se reunió con el Tío que es el Padre, para proponer la instauración de la sangre en el torrente de barriles de petróleo y tomar el control y modernizarse y llamarse Presidente de la República Bolivariana del reino de Venezuela y obtuvo la bendición y los bufones, payasos distractores del humor de la corte la reciben con reservas privadas, pero con loas públicas.
Si nos descuidamos, nos la imponen como Reina y veremos a los mal vivientes moradores, que se acercan desde la escases a la terrible frontera de la hambruna, decirle Su Majestad y ver como rubios sus crespos cabellos negros, ver como gracia su falta de observación a las normas y reír a carcajadas sus desaciertos y no faltará aquel bufón que comentará con orgullo: ¡se parece tanto al Padre!... ¡es igualita!... ¡tan bella!
ARTE ESCULPIDO
De una venezolana muy querida y admirada, me llegaron tres esculturas en vidrio. La llamé para agradecer su bello gesto y me sorprendí al enterarme que absolutamente todo es hecho por ella, inclusive el vidrio y por ello al adornar mi casa con el glamour propio del buen gusto de las obras de Ivonne Capecchi, los invito a entrar a su página web, www.vitralarte.com, disfrutar de sus vitrales, pinturas y esculturas y dejar crecer su imaginación entregándose al arte hecho mujer. Ivonne es un orgullo de la Venezuela decente, próspera y culta y les traigo una buena noticia, contáctenla y ella vendrá gustosa a llenar de exclusividad y de colores, la vista de mis lectores cansados de tanta fanfarronería mía. Felicitaciones a Ivonne, porque tener una obra tuya en casa, es todo un privilegio, dado a pocos… ¡por ahora!
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